Grimes, el cordero inmolado

París

13 / 02 / 2023 - Jaume ESTAPÀ - Tiempo de lectura: 3 min

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onp-petergrimes-operaactual-3.jpg Una escena de 'Peter Grimes' en París © ONP / Vincent PONTET
onp-petergrimes-operaactual-3.jpg Una escena de 'Peter Grimes' en París © ONP / Vincent PONTET
onp-petergrimes-operaactual-3.jpg Una escena de 'Peter Grimes' en París © ONP / Vincent PONTET

Opéra national de Paris

Britten: PETER GRIMES

Allan Clayton, Maria Bengtsson, Simon Keenlyside, Catherine Wyn-Rogers, Anna-Sophie Neher, Ilanah Lobel-Torres, John Graham-Hall, Clyve Bayley, Rosie Aldridge, James Gilchrist, Jacques Imbrailo, Stephen Richardson y otros. Dirección musical: Alexander Soddy. Dirección de escena: Deborah Warner. 11 de febrero 2023.

El éxito de esta coproducción de la Opéra national de Paris con el Teatro Real de Madrid, a juzgar por los aplausos que cerraron la noche, se debió al elenco que había dado vida a los personajes. Simon Keenslide como Capitan Balstrode; Jacques Imbralio –Ned–, buen conocedor del papel; Stephen Richardson, un Hobson de altos vuelos; o Clyve Bayley en el papel de Swalow. No les fueron a la zaga los tenores John Graham-Hall, como un patético Bob Boles conuna aportación dramática espeluznante y James Gilchrist, Reverendo de magnifica voz. A todos ellos dominó AllanClayton, el odiado personaje protagonista, violento, esta vez, solo con sus aprendices. El tenor inglés expresó fuerza y también sutilidad y sufrimiento, convicción y a la vez dudas sobre su futuro. Vocalmente impecable, impresionaron sus intervenciones prácticamente a capella en el acto final. Su timbre poco coloreado, arrimado a una expresión dolorida, hizo del personaje un inocente cordero empujado hacia el matadero por una jauría de inconscientes juerguistas, alcohólicos y depravados sexuales: el pueblo y sus élites.

Maria Bengtsson fue una Ellen Oxford de emisión sin esfuerzo, color claro, timbre cálido y algunos etcéteras más; le faltó solamente un poco de volumen en el registro medio. Poco se dirá del resto de las voces femenina por la breve dimensión de sus roles –todas impecables del punto de vista teatral–, como es el caso de Anna-Sophie Neher e Ilanah Lobel–Torres, las dos sobrinas de Auntie, Catherine Wyn–Rogers como Auntie y Rosie Aldridge como Mrs. Sedley.

"Allan Clayton estuvo vocalmente impecable e impresionaron sus intervenciones prácticamente 'a capella' en el acto final"

Deborah Warner firmaba la puesta en escena pidiendo a sus actores evolucionar de modo lo menos teatral posible. No todos obedecieron. Michael Levine dispuso una escenografía escueta y suficiente, bien trabajada, que eludía situar la acción en una época determinada. Luis. F. Carvalho lo hizo vistiendo a muchos, y en particular a la viuda-maestra, con un pantalón tejano: el hecho tenía lugar en la actualidad. El detalle levantó la duda sobre la credibilidad de la historia de los dos niños maltratados y ahogados por un hombre violento, a la vista de todos, hoy en día. Además, la jovencísima apariencia del niño –John, rol mudo que no figura en el reparto– contradijo todo realismo propuesto por la puesta en escena.

Para subrayar la negrura y la morbosidad de la historia, Alexander Soddy dio libertad total a los metales, y ocasionalmente a las maderas, con lo cual desapareció todo conato de melodía. Principal víctima de la decisión fue el coro que, magníficamente preparado por Ching-Lien Wu, tuvo dificultades para expresar toda la belleza que se esperaba de sus intervenciones, consiguiéndolo por momentos.  * Jaume ESTAPÀ, corresponsal en París de ÓPERA ACTUAL