La segunda 'Flauta' liceísta brilla con talento local

Barcelona

22 / 06 / 2022 - Marcelo CERVELLÓ - Tiempo de lectura: 2 min

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laflauta-operaactual-liceu (1) Una escena de la producción de David McVicar © Gran Teatre del Liceu / David RUANO

Gran Teatre del Liceu

Mozart: DIE ZAUBERFLÖTE

Reparto alternativo

Serena Sáenz, Sara Blanch, Julien Behr, Joan Martín-Royo, Stephen Milling, Matthias Goerne. Dirección musical: Gustavo Dudamel. Dirección de escena: David McVicar. 22 de junio de 2022.

Como buen ejemplo de la paulatina incorporación de nombres locales a los repartos liceístas, el segundo cast de La Flauta Mágica (ver crítica del primer reparto en este enlace) proponía al ya experimentado Joan Martín-Royo en el para él ya conocido rol de Papageno y a las dos sopranos en alza del momento, Sara Blanch y Serena Sáenz como Reina de la Noche y Pamina respectivamente. El barítono catalán  se mostró dueño en todo momento de una naturalidad en el hablado y de una seguridad en el canto –ahora mucho más proyectado que en otros tiempos– que le permitió mostrar todas las facetas del personaje, sobreponiéndose incluso, como lo había hecho ya su antecesor en el rol, al absurdo cambio en el texto de la edad de Papagena, lo que convertía sus dos primeras intervenciones con ella en un diálogo sin sentido, pues lo que podía producir rechazo en una anciana de 80 años no tenía por qué hacerlo en una jovencita de 18, por muchas gafas de sol que luciera.

"Serena Sáenz fue una Pamina sin tacha, que bordó su 'Ach, ich fühl’s' con infinito sentimiento"

Sara Blanch hizo una Reina de la Noche de mucho empuje y con una resolución impecable del registro agudo (aun con una consistencia vocal susceptible de mejora). Serena Sáenz fue una Pamina sin tacha, que bordó su “Ach, ich fühl’s” con infinito sentimiento; triunfó incluso con un instrumento ocasionalmente picudo que no ligó bien con Papageno en “Bei Männern”. Grata sorpresa en el caso del tenor Julien Behr, un Tamino que aun con una voz no demasiado voluminosa acreditó un sentido del fraseo y del estilo mozartiano que hacen de él un nombre a retener. En esta segunda representación la reacción del público fue tan entusiasta como la del día del estreno e incluso los responsables en plaza de la vertiente escénica, que también en esta ocasión se unieron los saludos finales, fueron ovacionados sin reticencias. * Marcelo CERVELLÓ, crítico de ÓPERA ACTUAL