Exuberancia belcantista para cerrar el año

Bilbao

21 / 11 / 2022 - José Miguel BALZOLA - Tiempo de lectura: 3 min

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annabolena-operaactual-abao-1.jpg Una escena de 'Anna Bolena' en Bilbao © ABAO Bilbao Opera / Enrique M. ESQUIBEL
annabolena-operaactual-abao-1.jpg Una escena de 'Anna Bolena' en Bilbao © ABAO Bilbao Opera / Enrique M. ESQUIBEL
annabolena-operaactual-abao-1.jpg Una escena de 'Anna Bolena' en Bilbao © ABAO Bilbao Opera / Enrique M. ESQUIBEL

ABAO Bilbao Opera

Donizetti: ANNA BOLENA

Joyce El-Khoury, Celso Albelo, Silvia Tro Santafé, Marko Mimica, Anna Tobella, José Manuel Díaz, Josep Fadó. Bilbao Orkestra Sinfonikoa. Coro de la Ópera de Bilbao. Dirección musical: Jordi Bernàcer. Dirección de escena: Gianni Santucci. Palacio Euskalduna, 19 de diciembre de 2022.

Una gran función, sin duda, la del estreno de Anna Bolena en esta septuagésima primera temporada de ABAO Bilbao Opera. Se trató de una sesión de gran calidad musical que comenzó con una exquisitamente llevada obertura, en que la Bilbao Orkestra Sinfonikoa empezaba ya a exponer, a anticipar, su excelente intervención. Y al alzarse el telón se vio un vistoso decorado, clásico, con una presentación de la acción que reflejaba ámbitos similares a los que el libreto propone. Con todo ello, más la calidad del elenco solista, el melómano se las prometió del todo felices. En todo caso, con estos mimbres, se habrían podido tejer mejores cestos, aunque fuese esta, sin duda, una gran Bolena.

La producción concebida por el fallecido Stefano Mazzonis di Pralafera es una acertada colaboración de ABAO, Lausana, Mascate y Lieja, con una caracterización muy lograda, vestuario de época de Fernand Ruiz y adecuada escenografía de Gary McCann. Se cuida en todo momento el movimiento de los intérpretes en la línea que marcó el regista, ahora bajo la dirección de Gianni Santucci, y se cuida, singularmente, una iluminación muy variada y siempre acertada que firma Franco Marri.

"Celso Albelo brindó momentos gloriosos a su personaje, empezando por su aparición en escena con Lord Rochefort en el que mostró el cautivador timbre de su voz"

Marko Mimica encarnó a Enrique VIII con una línea de canto no especialmente expresiva, pero su tersa, potente y bien timbrada voz sí daba el empaque con que debe afrontarse un personaje que no requiere de grandes sutilidades. Algo opuesto le sucedió a Silvia Tro Santafé, la excelente mezzo valenciana que cantó a la Seymour con su voz de bello timbre, segura afinación y musicalidad. Pero qué difícil es recrear, con un par de compases, las cambiantes emociones del personaje que se mueven entre la traición a su reina, su amor al rey y su horror a la muerte que ve que se avecina para Anna. Celso Albelo brindó momentos gloriosos a su Percy desde su aparición en escena junto a Lord Rochefort mostrando el cautivador timbre de su voz, especialmente en los agudos que atacó con pasmosa seguridad y sin perdida alguna de color y esmalte; por momentos, en todo caso, mostró una línea de canto un tanto plana y, al principio, algún desajuste de afinación. Rochefort fue José Manuel Díaz, impecable en esa escena y a lo largo de toda la obra. Una buena sorpresa resultó ser Anna Tobella, quien dibujó un convincente Smeton vocal y teatralmente. Josep Fadó cumplió solventemente como Sir Harley. El papel titular, al que se enfrentaba la aquí debutante Joyce El-Khoury estuvo defendido por una espléndida soprano más proclive a cantar a media voz que a emitir con toda su potencia, lo que sí hizo en dúos y números de conjuntos.

Hasta aquí una noche un poco nublada, pero luminosa y sin chubascos. En las escenas finales, en cambio, llegó un sol radiante: La Bolena de El-Khoury abrió una caja de matices al recordar su hogar, al perdonar a sus enemigos con hermosos filados y en un lenguaje dramático que inundó de emoción el patio de butacas. La acompañaron las voces blancas del Coro de la Ópera de Bilbao en una prestación inolvidable, matizando su decir y apianando su canto hasta dejarlo evaporarse en el aire. Todo, claro, bajo la cuidadosa mano magistral de Jordi Bernàcer, que llevó a la Bilbao Orkestra Sinfonikoa a mostrar su excelente musicalidad poniendo en valor, a la vez, la delicada paleta donizzetiana (clara enseñanza de su maestro Mayr) que tantas veces emborronan otros directores.  * José Miguel BALZOLA, corresponsal en Bilbao de ÓPERA ACTUAL