CRÍTICAS
INTERNACIONAL
Estrasburgo: Una 'Rusalka' para el olvido
Opéra national du Rhin
Dvořák: RUSALKA
Pumeza Matshikiza, Bryan Register. Attila Jun, Patricia Bardon, Rebecca Von Lipinski, Agnieszka Slawinska, Julie Goussot, Eugénie Joneau, Jacob Scharfman, Claire Péron. Dirección: Antony Hermus. Dirección de escena: Nicola Raab. 20 de octubre de 2019.
Por mucho que se le quiera sacar una interpretación psicoanalítica con tirabuzón, Rusalka es simplemente un maravilloso cuento de hadas. Ni más ni menos. Empeñarse en hacer crítica social a toda costa arruina una obra que debe contemplarse con los ojos y el corazón de un niño de cinco años.
En ese sentido, la puesta en escena de Nicola Raab fue un desatino total. Intentando explicar no se sabe qué, introdujo unas proyecciones en vídeo muy bien filmadas pero fuera de lugar sobre un hombre que viola a una mujer en una cocina. Lo mismo se puede decir de Rusalka durmiendo con su padre en la misma cama de un hospital que hacía las veces de fondo lacustre. Sin entrar en más detalles, se trató de una puesta en escena para el olvido.
No todo fue tan desastroso, por fortuna. Lo mejor vino sin duda de la dirección intensa y colorida del director neerlandés Antony Hermus. Rara vez ha sonado tan bien la Filarmónica de Estrasburgo en el foso de la Opéra national du Rhin. Por desgracia, el ímpetu de la batuta y la densa orquestación del compositor checo hizo que los cantantes fueran cubiertos en muchas ocasiones por la música, lo cual dice más en contra del cast (y del escenario vacío en el que se desarrollaba la acción) que de la dirección musical.
En líneas generales, el apartado canoro dejó bastante que desear, empezando por el rol titular, el cual requiere unas condiciones vocales que no están al alcance de Pumeza Matshikiza. La soprano sudafricana tiene una voz fonogénica pero de volumen reducido y un tanto roma, con lo que pierde buena parte de su encanto cuando se ve arropada por la orquesta en tutti. Su canción a la luna, poco variada, no pasó de lo aceptable.
Más sorprendente resultó que el tenor norteamericano Bryan Register, habitual de roles wagnerianos, tampoco superara la barrera del sonido impuesta por Hermus.
Mucho mejor en ese aspecto estuvo el Vodnik de Attila Jun, aunque su vibrato se haya alargado de manera considerable desde su recordado Rey Marke de hace unos años en las mismas tablas. Completaron el elenco la muy convincente Jezibaba de Patricia Bardon, una honorable Princesa extranjera de Rebecca Von Lipinski, y un homogéneo terceto de ninfas (Agnieszka Slawinska, Julie Goussot y Eugénie Joneau), acompañados del muy tenoril barítono Jacob Scharfman (cazador) y de la mezzo Claire Péron (Cocinero).