CRÍTICAS
INTERNACIONAL
'Enigma', un brillantísimo 'tour de force'
Metz
Opéra Théâtre de Metz
Patrick Burgan: ENIGMA
Estreno absoluto
Antoine Bélanger, Jean-Michel Richer. Dirección musical: Daniel Kawka. Dirección de escena: Paul-Émile Fourny. 18 de noviembre 2022.
La Ópera de Metz ofreció la primera representación de Enigma, calificado de diálogo lírico para dos tenores, coro femenino y orquesta compuesto por Patrick Burgan a partir de la obra teatral Variations énigmatiques (Variaciones enigmáticas) de Éric-Emmanuel Schmitt: un célebre escritor, que vive solitario en una isla nórdica concede una entrevista a un periodista. Tras los primeros diálogos, sorprendentemente violentos, el escritor afirma que ha concedido la entrevista porque en el pueblecito donde él reside vive en la actualidad una antigua amante suya, que no ha olvidado, y con la cual ha ido manteniendo una relación epistolar durante más de diez años. El escritor pide a su huésped transmitir a la dama una carta en mano propia. Ambos acaban por descubrir que la destinataria es la esposa del periodista. Siguen las sorpresas encadenándose durante dos horas hasta llegar al cabo a un inesperado final.
Burgan no se anduvo por las ramas. Mantuvo una escritura sin verdaderas arias, tonal y se limitó a seguir los vericuetos de los abundantes diálogos entre los protagonistas poniendo en solfa en particular las mil intensidades de las voces, reflejo de los contenidos. En estas condiciones Daniel Kawka al frente de la orquesta, puso el máximo cuidado en acompañar a los protagonistas, acentuando sus decires (y sus silencios también) con pulcritud, claridad y respeto de sus estados emocionales lo cual supuso unos incesantes cambios de ritmo. El resultado, lejos de incomodar al público, le permitió entrar mayormente en el ánimo (en el alma) de los dos hombres y aun en sus sentimientos más internos, no necesariamente explícitos en los diálogos, mostrando así –por si fuese necesario– la preciosa aportación de la música y el canto al teatro hablado.
Fue esta una de las más logradas puestas en escena de Paul-Émile Fourny, director del Teatro de Metz, quien logró situar y hacer evolucionar a sus protagonistas en un espacio reducido durante más de dos horas sin que se notaran repeticiones o estatismo molesto con los gestos adecuados, nunca excesivos, en un gran trabajo de dirección. La escenografía y la iluminación de Patrick Méeüs –no se olvide el sobrio y muy estudiado vestuario de Dominique Louis– delimitó el espacio de vida de escritor bajo la forma de dos paralelepípedos encajado el uno en el otro definidos únicamente por sus aristas, tubos de luz de color e intensidad variables.
El mayor peso físico y psicológico recayó por supuesto en los protagonistas, para quienes la memorización de los infinitos diálogos había conllevado una carga de trabajo más que considerable. Ejecutaron su tarea sin la menor duda, sin el más mínimo error. Llevaron al público por los torcidos senderos de su compleja relación con firmeza, adaptando hasta el color de sus voces según el contenido de sus frases. Antoine Bélanger fue el escritor Abel Znorko, tenor de emisión casi blanca, característica que le distinguió de su colega Jean-Michel Richer en el papel de Erik Larsen, el periodista. El coro femenino, dirigido por Nathalie Marmeuse, aportó un respiro espiritual, metafísico, en la breve fase final del largo diálogo, tendido y duro por momentos. * Jaume ESTAPÀ, corresponsal en Francia de ÓPERA ACTUAL