En la mente de la 'Elektra' valenciana

Valencia

20 / 01 / 2020 - César RUS - Tiempo de lectura: 3 min

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Iréne Theorin / operaactual.com Iréne Theorin ofrecerá un concierto junto a OSVA © Palau de Les Arts / M. LORENZO-M. PONCE
Doris Soffel como Clitemnestra © Palau de Les Arts / M. LORENZO-M. PONCE

Palau de Les Arts

Strauss: ELEKTRA

Iréne Theorin, Doris Soffel, Sara Jakubiak, Stefan Margita, Derek Welton. Dirección: Marc Albrecht. Dirección de escena: Robert Carsen. 18 de enero de 2020.

La expectación por esta Elektra era máxima, pues suponía la vuelta del gran repertorio alemán al Palau de Les Arts tras más de un lustro de ausencia. Además, por dirección musical, escénica y reparto, sobre el papel la cosa prometía. La producción de Robert Carsen tiene sus orígenes en Florencia, pero fue revisitada en París en 2013. Es decir, es una idea madurada y evolucionada. El director de escena canadiense ofrece una de esas creaciones geniales, de mínimos medios escénicos y profundo mensaje dramático. Pocos directores hacen realidad con tanta verdad el dicho de que «menos es más». En su montaje, Elektra está omnipresente y es así como diversas bailarinas, las doncellas o la propia Chrysothemis aparecen como un doble de la protagonista. Todo lo que pasa en escena es reflejo de su mente. El resultado es que consigue meter a la audiencia en la angustiosa psique del personaje.

"Iréne Theorin fue una Elektra de matices líricos, sin estridencias que, ni de lejos, cayó en la tentación del grito, sino que siempre se mostró fiel al canto"

El elenco vocal estuvo encabezado por la soprano sueca Iréne Theorin, una Elektra de referencia pues ha llevado su interpretación a Salzburgo o a París, donde estrenó esta producción; de hecho, se nota que domina la propuesta escénica. No obstante, no parecía muy cómoda y le faltó algo de generosidad vocal. La voz daba la sensación de encontrarse menguada y a veces no conseguía imponerse al foso y llegar al patio de butacas, algo que se evidenció especialmente en el primer monólogo. Dejando claro este aspecto, en favor de la soprano hay que decir que fue una Elektra de matices líricos, sin estridencias que, ni de lejos, cayó en la tentación del grito, sino que siempre se mostró fiel al canto.

No puede decirse lo mismo de la veterana Doris Soffel, quien mostró una voz algo ajada; es cierto que posee una proyección admirable y conoce el papel, pero su Klytämnestra fue en exceso histriónica. Ha habido cantantes veteranas a lo largo de la historia que han encarnado este papel sin necesidad de caer en esos excesos. Excelentes tanto Sara Jakubiak como Derek Welton. Como ocurría en la época de Helga Schmidt, se vuelve a la buena costumbre de traer a Valencia voces en su punto poco antes de que encarnen roles en teatros emblemáticos. En el caso de la soprano Sara Jakubiak, interpretará Chysothemis en Londres y fue un lujo tanto a nivel vocal como escénico; proyectó la voz sobre la orquesta sin problemas y consiguió conmover en su monólogo inicial. Por su parte, Derek Walton será Orest en Salzburgo; en ese mismo personaje en Valencia demostró una notable autoridad vocal, además de una voz de bello timbre oscuro. Impecable el Aegisth de Stefan Margita.

Pero, musicalmente, la gran triunfadora fue la Orquestra de la Comunitat Valenciana que volvió a sonar con el brillo de antaño; y es que en el repertorio alemán es donde mejor se aprecia su calidad. Mucho tuvo que ver la excelente labor de Marc Albrecht con una dirección atenta a cada detalle y dinámica; supo escuchar también a los cantantes y aprovechó especialmente los momentos más líricos que tiene la obra y, en ese sentido, hay que destacar la emotividad que desplegó en el Erkennung. Por cierto, se hizo el habitual corte entre este fragmento y la posterior entrada de Orest. Por último, también hay que destacar la labor del Cor de la Generalitat y el extraordinario elenco de bailarinas que doblaron a Elektra.