El brutalismo en la 'Elektra' de Ulrich Rasche

Ginebra

02 / 02 / 2022 - Albert GARRIGA - Tiempo de lectura: 3 min

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elektra-geneve-operaactual (1) Una escena del montaje de Ulrich Rasche © GTG / Carole PARODI
elektra-geneve-operaactual (1) Ingela Brimberg como Elketra en el montaje de Ulrich Rasche © GTG / Carole PARODI
elektra-operaactual-geneve Una escena del montaje de Ulrich Rasche © GTG / Carole PARODI

Grand Théâtre de Genève

Strauss: ELEKTRA

Nueva producción

Ingela Brimberg, Sara Jakubiak, Tanja Ariane Baumgartner, Michael Laurenz, Károly Szemerédy, Marion Ammann, Elise Bédènes, Mayako Ito, Michael Mofidian, Julien Henric, Dimitri Tichonov. Dirección musical: Jonathan Nota. Dirección de escena: Ulrich Rasche. 29 de enero de 2022.

Ginebra propuso una nueva y reciclada producción del intenso título straussiano firmada por el regista alemán Ulrich Rasche basada en la que estrenó el pasado año en Múnich en la versión de texto de Hofmannsthal. En el espectáculo gran parte de su fuerza recayó sobre una mastodóntica escenografía inspirada en la corriente estética del brutalismo; de forma cilíndrica y de más de 11 toneladas de peso, muestra una jaula suspendida en el escenario de otras 1,8 toneladas. Mediante un movimiento circular hipnótico, a la vez que orbital, los personajes interactuaban en un eterno deambular sin llegar nunca a encontrarse, dejando toda la fuerza teatral al impacto escénico-visual, mientras el peso de la obra apuntaba a la música. Con una dirección de actores minimalista, no por ello poco efectista, Rasche jugó la mejor baza de esta Elektra.

Jonathan Nott, director titular de la Orchestra de la Suisse Romande y especialista en el repertorio, dibujó una versión más lírica que dramática, con tempi cortantes y, a veces, algo precipitados que no ayudaban a crear el clima opresivo que la obra de Strauss demanda. No impresionaron los tres acordes iniciales, ni el monólogo de Elektra, pero Nott sí supo imprimir intensidad a la entrada de Klitämnestra. Una versión, aunque discutible, muy correcta, que permitía disfrutar de la obra porque, a pesar de algún desajuste en los metales, la calidad de la formación es indudable.

"Tanja Ariana Baumgartner se está ganando un prestigio en el repertorio wagneriano y straussiano gracias a un instrumento de proyección generosa y a un fuerte magnetismo dramático"

Vocalmente la soprano sueca Ingela Brimberg se erigió como una Elektra poco punzante, y quizá contagiada por el lirismo de Nott no terminó de culminar una interpretación que pide ser desgarradora. A su Elektra no le faltó entrega, pero sí traspasar esa frontera de intensidad que deja al espectador con un nudo en la garganta. Sin embargo, funcionó muy bien en las escenas con una muy lírica Sara Jakubiak como una estupenda Chrysothemis. Pero Tanja Ariana Baumgartner se impuso como Klytämnestra: la mezzosoprano alemana se está ganando un prestigio en el repertorio wagneriano y straussiano gracias a un instrumento de proyección generosa y a un fuerte magnetismo dramático. Károly Szemerédy fue un muy correcto Orest y también Michael Laurenz cumplió como Ägisth.  * Albert GARRIGA, corresponsal en Suiza de ÓPERA ACTUAL