El regreso del ‘Anillo’ de Schwarz e Inkinen (II)

Bayreuth

07 / 09 / 2023 - Albert GARRIGA - Tiempo de lectura: 4 min

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siegfried bayreuth Una escena de 'Siegfried' en Bayreuth © Festival de Bayreuth / Enrico NAWRATH
siegfried bayreuth Una escena de 'Siegfried' en Bayreuth © Festival de Bayreuth / Enrico NAWRATH
siegfried bayreuth Una escena de 'Siegfried' en Bayreuth © Festival de Bayreuth / Enrico NAWRATH

Festival de Bayreuth

Wagner: SIEGFRIED

Andreas Schager, Arnold Bezuyen, Tomasz Konieczny, Olafur Sigurdarson, Tobias Kehrer, Okka von der Damerau, Daniela Köhler, Alexandra Steiner. Dirección musical: Pietari Inkinen. Dirección de escena: Valentin Schwarz. 24 de agosto de 2023.

Festival de Bayreuth

Wagner: GÖTTERDÄMMERUNG

Andreas Schager, Markus Eiche, Olafur Sigurdarson, Mika Kares, Catherine Foster, Aile Asszonyi, Christa Mayer, Okka von der Damerau, Claire Barnett-Jones, Kelly God, Evelin Novak, Stephanie Houtzeel, Simone Schröder, Igor Schwab. Dirección musical: Pietari Inkinen. Dirección de escena: Valentin Schwarz. 26 de agosto de 2023.

La segunda y la tercera jornada del Ring (ver crítica primera y segunda jornada) del Festival de Bayreuth 2023 se saldaron con resultados irregulares, tanto en lo escénico como en lo musical. Valentin Schwarz, siguiendo con su relato televisivo, situó la acción del primer acto de Siegfried décadas después y de nuevo en la casa de Hunding, esta vez habitada por Mime, quien la ha convertido en un mundo de fantasía y que está al cuidado de Siegfried, un joven adulto alcohólico. Mime celebra el cumpleaños de Siegfried teniendo como invitados a diversos muñecos e intenta contarle la historia de su familia a través de un guiñol. Wotan deja como regalo de cumpleaños una muleta que se convertirá en un arma.

La morada del dragón Fafner es aquí la casa de un anciano rico, padre adoptivo de un joven Hagen, el niño robado en el Oro. Parece que el descubrimiento del género femenino por parte de Siegfried no lo hace con Brünnhilde en el tercer acto, sino que ya viene aprendido, como muestra en el diálogo con el Waldvogel (Pájaro del bosque), aquí una doncella que cuida del moribundo Fafner. Ambos, junto a Hagen, se ríen del viejo, mientras se deleitan con las mezclas de distintos destilados. La muerte de Fafner se produce por accidente y nadie le socorre. Mime muere en manos de ambos que se reconocen amigos inseparables al lado de la joven doncella. En el tercer acto, Erda reaparece muy envejecida y ciega, con constantes reproches a su antiguo amante Wotan y este se retira derrotado ante la insolencia de los dos nuevos amigos. Todo ello culmina con la aparición de una Brünnhilde rejuvenecida gracias a los años encerrada en la clínica de estética –de ahí que la soprano que la interprete sea de apariencia más joven– y Siegfried cae prendado de ella ante la marcha de un Hagen encolerizado por los celos.

En Götterdämmerung el primer acto se sitúa en los dormitorios de infancia de Siegliende y Siegmund. Ahí, duerme una niña, fruto de la relación de Brünnhilde y Siegfried, quien será el nuevo anillo. Recibe la presencia de tres pesadillas, del pasado, presente y futuro. Al amanecer, un burgués Siegfried se prepara para irse de viaje; antes, su esposa le ruega que le acompañe su fiel amigo Grane. El Valhalla está habitado por dos hermanos, nuevos ricos, atolondrados, drogadictos y materialistas, que caen en las redes de Hagen para maquinar inocentes jugarretas; en realidad, la esperada venganza tramada por Hagen ante el desprecio de juventud de Siegfried. Emborrachan a Siegfried cuando llega y este quiere abalanzarse sobre Gutrune. Gunther y Siegfried sellan un pacto de hermandad y se dirigen a buscar a Brünnhilde, futura novia del primero. Hagen mata a Grane, guardando su cabeza en una bolsa, que descubrirá la protagonista en su escena final.

Como se apuntó anteriormente, a grandes rasgos se encuentran los paralelismos de Schwarz con la dramaturgia de Wagner, y los dos primeros actos, donde, además, aparece Waltraute entrando por la ventana y visiblemente desmejorada, hasta se podría decir que se ha visto obligada a prostituirse por la decadencia familiar y Alberich se aparece a Hagen mientras este golpea un saco de boxeo.

Las miserias humanas, las ansias de destrucción, manipulación y venganza que se encuentra en El Crepúsculo, están en la lectura de Schwarz. Donde hace absolutamente aguas es en el tercer acto, situado en una piscina vacía, en la que Siegfried está pescando en un agujero en el fondo. Ahí recibe el golpe mortal de Hagen. Las hijas del Rin son, de hecho, otras valquirias-prostitutas y Brünnhilde aparece de repente, cuando Gunther quiere llevarse a su hija y baja al fondo de la piscina; cuando se da cuenta de todos los engaños intenta incendiarse, pero desiste y yace al lado de su amado muerto. El Ring culmina con Wotan colgado al fondo y la imagen de los gemelos del inicio de la Tetralogía, esta vez abrazados.

bayreuth gotterdammerung Una escena de 'Götterdämmerung' en Bayreuth © Festival de Bayreuth / Enrico NAWRATH
bayreuth gotterdammerung Una escena de 'Götterdämmerung' en Bayreuth © Festival de Bayreuth / Enrico NAWRATH
Una escena de 'Götterdämmerung' en Bayreuth © Festival de Bayreuth / Enrico NAWRATH
"Andreas Schager, que ha hecho de los papeles de 'Heldentenor' su caballo de batalla de la última década, se entregó en el primer acto, ofreciendo una clamorosa interpretación de “Nothung! Nothung!”, hasta el límite"

El tenor austríaco Andreas Schager ha hecho de los papeles de Heldentenor su caballo de batalla de la última década, convirtiéndose en un referente indiscutible del repertorio wagneriano; hizo una gran proeza en acometer el rol titular de la segunda jornada, al día siguiente de enfrentarse a Parsifal. Se entregó en el primer acto ofreciendo una clamorosa interpretación de “Nothung! Nothung!”, hasta el límite. Pasó muy bien por el segundo, pero llegó al tercero con claras señales de fatiga. De hecho, la última escena con la Brünnhilde plástica de Daniela Köhler, se convertiría en uno de los momentos menos interesantes de la Tetralogía, ya fuera por el agotamiento del primero, la total inadecuación vocal de la segunda –instrumento demasiado lírico y tendente al grito en el agudo— y la poca inspirada lectura de Pietari Inkinen, no sin haber ofrecido brillantes versiones de los actos anteriores.

El Mime de Arnold Bezuyen resultó un tanto descafeinado a pesar de su entrega teatral. Muy bien el Waldvogel de Alexandra Steiner y Okka van der Damerau como Erda. El Wanderer de Tomasz Konieczny se mostró más dúctil y contundente aquí que en las anteriores jornadas.

Musicalmente, el Götterdämmerung estuvo brillantísimo en el prólogo y los dos primeros actos, con una cuidada dirección de Inkinen que otorgó una gran teatralidad, cuidando el juego solista, inundando de pura emoción cada escena y emanando un sonido excelso del mítico foso. Gran prestación también la del coro en el segundo acto. Sin embargo, en la culminación empezó el declive: y si, en “Brünnhilde! Heilige Braut!”, Schager estuvo maravilloso –como en toda la obra—, la orquesta culminaría aquí su brillante labor.

A partir de ahí, la marcha fúnebre sonó a despropósito y el “Stake Scheite” sin ningún tipo de clímax, resultó en una lectura superficial y anodina. Catherine Foster estuvo siempre a un nivel superlativo, pero tampoco terminaría de culminar su gran escena, con ese final catártico, tan esperado. La Waltraute de Christa Mayer estuvo magnífica en su gran escena “Höre mit Sinn was ich dir sage”. Gunther recayó en un entregado Markus Eiche y Gutrune en una correcta Aile Asszonyi, mientras que al Hagen de Mika Kares le faltaría cierta contundencia vocal. El Alberich de Olafur Sigurdason volvería a despertar el entusiasmo del público como en las anteriores apariciones.  * Albert GARRIGA, colaborador de ÓPERA ACTUAL