El Massimo actualiza ‘Les vêpres’ mirando a la barbarie de la mafia

Palermo

31 / 01 / 2022 - Mauro MARIANI - Tiempo de lectura: 3 min

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operaactual-vepres-massimo-palermo (3) Una escena del montaje de Emma Dante © Teatro Massimo / Rosellina GARBO
operaactual-vepres-massimo-palermo (3) Selene Zanetti como Hélène © Teatro Massimo / Rosellina GARBO
operaactual-vepres-massimo-palermo (3) Una escena del montaje de Emma Dante © Teatro Massimo / Rosellina GARBO

Teatro Massimo

Verdi: LES VÊPRES SICILIENNES

Nueva producción

Selene Zanetti, Laonardo Caimi, Mattia Olivieri, Luca Tittoto. Dirección musical: Omer Meir Wellber. Dirección de escena: Emma Dante. 25 y 26 de enero de 2022.

Con Les vêpres siciliannes, en el estreno siciliano de la versión francesa dela ópera verdiana, se iniciaba la etapa de Marco Betta como sovrintendente  del Teatro Massimo de Palermo sustituyendo a Francesco Giambrone, reclutado por la Ópera de Roma. Betta llevaba ya algunos años como director artístico del coliseo, por lo que había sido él quien programara esta nueva producción de la grand-opéra compuesta por Verdi en 1855, todo un homenaje al orgullo, el valor y al amor por la libertad de los palermitanos, que en 1282 se rebelaron contra los franceses que dominaban la isla y lograron expulsarlos. Pero hoy día el patriotismo ya no exalta el ánimo de los espectadores y por ello Emma Dante ha querido actualizar la obra transformando aquella lejana revuelta en la lucha actual contra la violencia, la prepotencia y la barbarie de la mafia. Esta concepción tiene un gran valor moral y civil, pero, obviamente, distorsiona el libreto de la ópera; aun con ello, la dirección escénica alcanza en varios momentos un gran impacto teatral, como cuando aparecen en escena –casi como cuadros de santos en una procesión religiosa– las fotografías de jueces, políticos y personas comunes que se opusieron a la organización criminal y por ello fueron asesinados. Hoy son ellos los héroes de Sicilia.

Para los papeles protagonistas no se eligió a las típicas voces verdianas potentes y dramáticas, puesto que la fonética francesa requiere delicadeza y atención a los matices. Hélène fue la joven Selena Zanetti, cuya espléndida voz no está aún madura para un papel tan dramático, lo que le supuso verse en algún momento sobrepasada por la orquesta y sus agilidades, aunque correctas, carecieron de mordiente. En los pasajes líricas, no obstante, estuvo extraordinaria. En el público no faltaron quienes se sintieron al borde de las lágrimas en el momento en que perdona a su amado Henri, del que se despide a continuación para siempre. La voz de Leonardo Caimi se adapta bien al personaje de Henri, que no es un héroe, sino un hombre atormentado y eternamente indeciso. Montfort era Mattia Oivieri, que cantó con voz plena, rotunda y robusta sin detrimento de una gran elegancia. Procida, el jefe de los conjurados sicilianos, era el bajo Luca Tittoto, que por su familiaridad con el repertorio de los siglos XVII y XVIII posee un estilo muy refinado, como demostró en las palabras iniciales de su primera aria, con una espléndida messa di voce y una elegante fioritura.

"Pudieron oírse muchos bellos momentos aislado, pero no dejó de advertirse una cierta dificultad para apresar el núcleo dramático de la música verdiana"

Omer Meir Wellber imprimió a la ouverture un ímpetu irresistible y en el transcurso de la ópera lo alternó con muchos momentos en que se detuvo en los detalles más delicados de la orquestación. Pudieron oírse muchos bellos momentos aislado, pero no dejó de advertirse una cierta dificultad para apresar el núcleo dramático de la música verdiana, con la que el director musical del teatro palermitano no tiene aún mucha familiaridad.

La noche anterior a la reseñada más arriba, el segundo reparto ofreció su propia versión, un conjunto formado por típicas voces verdianas. Gezim Myshketa (Montfort) y Giulio Pelligra (Henri) estuvieron magníficos en el gran dúo en el que ambos –hasta entonces enemigos– se reconocen como padre e hijo. Maritina Tampakopoulos no posee un timbre privilegiado, aunque sí supo conferir la necesaria tensión dramática al personaje de Hélène. Por el contrario, el joven Fabrizio Beggi, y aun teniendo un bello timbre de bajo, no tiene todavía maduro un personaje tan complejo y fatigoso como el de Procida.  * Mauro MARIANI, corresponsal en Italia de ÓPERA ACTUAL

Verdi: LES VÊPRES SICILIENNES