CRÍTICAS
INTERNACIONAL
El idilio barroco de Vivaldi
Venecia
Teatro La Fenice
Vivaldi: LA FARNACE
Nueva producción
Christoph Strehl, Lucia Cirillo, Sonia Prina, Rosa Bove, Valentino Buzza, Kangmin Justin Kim, David Ferri Durà. Dirección musical: Diego Fasolis. Dirección de escena: Christophe Gayral. Teatro Malibrán, 2 de julio de 2021.
El estreno de Farnace en el Malibran supuso un doble acontecimiento: la reapertura de la temporada lírica tras meses de silencio por la pandemia –a continuación de Faust–, y la recuperación de las óperas vivaldianas en el antiguo San Giovanni Grisostomo o Grimani, precioso teatro barroco que vio desfilar a divos como Farinelli, Caffarelli, Faustina Bordoni y Francesca Cuzzoni.
Farnace –como apunta el director de La Fenice Fortunato Ortombina– es un «símbolo de la música veneciana de todos los tiempos» y rinde homenaje a la tradición de la Serenissima, siendo la primera ópera post pandemia que se representa en el escenario –y no en platea como Faust, de mayores proporciones–, con el coro en los palcos.
Para acercar la historia a la actualidad, Christophe Gayral la contextualiza en un país árabe contemporáneo en conflicto bélico, mostrando la atemporalidad de las pasiones humanas como la venganza, el afán de poder, las intrigas amorosas y las rivalidades. La versión original de 1727 tenía a una contralto travestida como Farnace; para representarla en Pavía en 1731, Vivaldi adaptó el rol al famoso tenor Antonio Barbieri, opción elegida por Fasolis. Christoph Strehl destacó la parte más humana de Farnace, luciendo precioso timbre y vigorosa proyección, y conquistando al público en su acongojante interpretación de «Gelido in ogni vena», original de Siroe (1727) y que Vivaldi adaptó para Barbieri.
Sonia Prina (Tamiri) cantó expresiva en lo teatral, aunque la tendencia al engolamiento y lo forzado de su emisión, restaron belleza a la línea de canto. La Berenice de Lucia Cirillo convenció por sus excelentes dotes escénicas y musicales, exhibiendo un equilibrado registro y una paleta de infinitos matices, virtudes resumidas en la maravillosa «Da quel ferro che ha svenato», destacable también por la delicada fantasía del da capo. Valentino Buzza cantó con genuina expresión y resolvió pasmosamente las dificultades del papel de Pompeo, ejemplificadas en la famosa aria «Sorge l’irato nembo». El resto del elenco cumplió sobradamente con su cometido, destacando la delicadeza del contratenor Kangmin Justin Kim (Gilade) en los pianissimi, y el precioso fraseo del valenciano David Ferri Durà como Aquilio.
El coro aportó momentos de gran eficacia dramática y empastada sonoridad. Diego Fasolis, experto en Vivaldi y artífice de la exhumación de sus óperas, contrastó las numerosas pasiones y contradicciones de Farnace, deteniendo el metrónomo donde el libreto lo requería, haciendo de cada compás un reducto para la imaginación, convirtiendo a sus instrumentistas en actores y poniendo su magisterio al servicio del melodrama barroco. Desde el clavicémbalo, acompañó los recitativi secchi de forma absolutamente conmovedora, fantasiosa, trágica y teatral, logrando que la acción avanzara como se requiere entre las arias, hecho que pasa desapercibido hasta que se escucha a un maestro de su talla. * Verónica MAYNÉS, colaboradora de ÓPERA ACTUAL
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