CRÍTICAS
NACIONAL
El hándicap de la orquesta wagneriana
Bilbao
Bilbao Orkestra Sinfonikoa
Wagner: PARSIFAL (Selecciones)
En versión de concierto
Rachel Nichols, Clay Hilley, Simon Bailey, Okka von der Damerau. Dirección: Erik Nielsen. Palacio Euskalduna, 5 de mayo de 2022.
Erik Nielsen, titular de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS), pone siempre un toque especial, novedoso y generalmente atractivo en las programaciones del conjunto en sus temporadas de abono; ha traído en otras ocasiones música de cine e incluso ha proyectado películas que acompañaba en vivo y en directo con la BOS, y como buen director de ópera que es, nunca ha dejado de ofrecer, de una u otra forma, al menos un concierto con contenido lírico. Esta vez con Wagner, en la más valiente de sus propuestas, no ha contado con el favor del público: los abonados dejaron grandes lagunas y los miles de abonados a la ABAO Bilbao Opera no estuvieron allí para cubrirlas, pero la representación que propuso Nielsen tenía sin duda su aquel, aunque también un serio hándicap.
La gran virtud de este programa fue que mostró, con la BOS sobre el escenario, la calidad, la complejidad y la hermosa y variada estructura y colorido de la orquesta wagneriana. Nielsen llevó a sus músicos con una gestualidad muy convincente por la senda correcta de expresión sonora y rítmica. Pero el gran problema fue que, con tal situación de solistas y orquesta, ésta, tapaba, ineludiblemente, las voces solistas a las que se exigía gran esfuerzo. La más perjudicada fue sin duda la mezzo Okka von der Damerau, poseedora de un timbre muy grato pero no de un gran volumen, muy justo para que se la oyera en según qué frases. Simon Bailey como Caminante estuvo mejor, con un fraseo muy expresivo y con una voz que se pudo oír por encima de los instrumentos.
En general parecía que el elenco reclutado no estaba al nivel de los currículum, pero al llegar al duelo con Siegfried Bailey mostró mejor sus capacidades y su buena línea de canto, mientras se lucía el tenor Clay Hilley, un verdadero Heldentenor en el papel protagonista, con voz muy atractiva en todo su rango, comunicativo y con potencia suficiente para no quedar relegado por la orquesta; interpretó su papel con gran seguridad y aplomo matizando cada frase adecuadamente. Brünnhilde, por su parte, llegó defendida en la voz espléndida de la soprano Rachel Nichols con sólidos graves, agudos seguros y bellos matices dramáticos, siempre expresiva y de timbre brillante, que cantó con una excelente línea expresiva; sin duda el largo dúo final de los protagonistas fue lo mejor de la sesión, que dejó satisfactorias impresiones en el público. * José Miguel BALZOLA, corresponsal en Bilbao de ÓPERA ACTUAL
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