El gusto francés de la tragedia de 'Alceste'

Roma

11 / 10 / 2022 - Mauro MARIANI - Tiempo de lectura: 3 min

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alceste-operaactual-operadiroma (3) Marina Viotti como Alceste © Opera di Roma / Fabrizio SANSONI
alceste-operaactual-operadiroma (3) Una escena del montaje de Sidi Larbi Cherkaoui © Opera di Roma / Fabrizio SANSONI
alceste-operaactual-operadiroma (3) Juan Francisco Gatell como Admète © Opera di Roma / Fabrizio SANSONI

Teatro dell'Opera di Roma

Gluck: ALCESTE

Marina Viotti, Juan Francisco Gatell, Patrik Reiter, Lca Tittoto, Pietro Di Bianco, Roberto Lorenzi, Cafolina Varela, Angela Nicoli,Michael Alfonsi, Leo Paul Chiarot. Dirección musical: Gianluca Capuano. Dirección de escena: Sidi Larbi Cherkaoui. 4 de octubre de 2022.

Para el retorno de Alceste a la Ópera de Roma se eligió la versión parisina de 1776 que traduce al francés la original vienesa de 1767 y que añade los bailes de conformidad con el gusto francés. Muchas son las diferencias entre ambas apuestas, si bien en ambas Gluck busca una noble grandiosidad digna de la homónima tragedia de Eurípides, origen literario de esta tragedia per musica. El resultado es sublime, pero también un tanto estático y quizá por ello Sidi Larbi Cherkaoui, que es uno de los coreógrafos más destacados de la actualidad, llena el escenario de bailarines y no solamente para las escenas de danza. Justifica dicha elección afirmando que los bailarines “son una personificación de todo lo que debe ocurrir en la trama”, cosa que correspondería a los solistas y al coro, que en lugar de ello aparecen a menudo inmóviles a los lados o al fondo del escenario, y que “pueden traducir en gestos lo que describe la música”. Pero, ¿qué necesidad hay de redoblar con la gestualidad lo que ya está en la música? De esta manera el estatismo de Alceste es sustituido por una agitación continua,  en muchos casos también inútil y fastidiosa. No es casualidad que las escenas más conseguidas sean aquellas en que los ejecutantes de las danzas se toman un merecido descanso, como en el final del primer acto, la gran escena entre Alceste y Admète en el segundo y la entrada en los infiernos en el tercero…

"Marina Viotti fue una excelente protagonista, aun exhibiendo una voz de no particular belleza, con un canto interiorizado e intenso y una conmovedora expresión en cada una de las frases de Alceste"

Las dudas relativas a la realización escénica, que, sin embargo, gran parte del público aplaudió, se desvanecen cuando se trata de la ejecución musical, dirigida por Gianluca Capuano con una sapiencia estilística, una exactitud y un equilibrio perfectos. Sabe obtener el profundo sentido trágico de esta música, sin alzar nunca el tono ni recurrir a excesivos subrayados dramáticos poco acordes con el estilo, sino trabajando en la sublimidad de los matices y las dolientes inflexiones y sobre los reflejos y vacilaciones que abren espacios iluminantes sobre los profundos sentimientos de los protagonistas.

Tampoco los intérpretes vocales dan a estos personajes míticos una grandeza exterior a base de tonos altisonantes, pues no es ahí donde reside su auténtica estatura dramática. Marina Viotti fue una excelente protagonista, aun exhibiendo una voz de no particular belleza, con un canto interiorizado e intenso y una conmovedora expresión en cada una de las frases de Alceste. Juan Francisco Gatell es un tenor más ligero de los habituales intérpretes del Admète, pero la bien calibrada elegancia de su canto expresa perfectamente los encontrados sentimientos que atormentan al esposo de Alceste. Luca Tittoto es primero un austero Grand Prêtre y posteriormente un Hercule simpático y divertido en los aspectos más cómicos que permite el personaje. Bien en conjunto los intérpretes de las partes menores.  * Mauro MARIANI, corresponsal en Roma de ÓPERA ACTUAL