El Festival Valle d’Itria apuesta por 'El jugador' de Prokofiev

Martina Franca

29 / 07 / 2022 - Mauro MARIANI - Tiempo de lectura: 3 min

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eljugador-prokofiev-operaactual-martinafranca (1) Una escena de la nueva producción de David Pountney © Festival della Valle d’Itria / Clarissa LAPOLLAH
eljugador-prokofiev-operaactual-martinafranca (1) Una escena de la nueva producción de David Pountney © Festival della Valle d’Itria / Clarissa LAPOLLAH
eljugador-prokofiev-operaactual-martinafranca (1) Una escena de la nueva producción de David Pountney © Festival della Valle d’Itria / Clarissa LAPOLLAH

Festival della Valle d’Itria

Prokofiev: EL JUGADOR

Nueva producción

Martina Tamkakopoulos, Ksenia Chubunova, Silvia Beltrami, Sergei Rdchenko, Andrew Greenan, Paul Curievici, Alexander Ilvakhin. Dirección musical: Jan Latham Koenig. Dirección de escena: David Pountney. 24 de julio de 2022.

Prokofiev escribió esta ópera entre 1915 y 1916, pero primero la guerra y después la revolución rusa impidieron su representación, que solo pudo tener lugar en 1929 en Bruselas, en traducción francesa y con el título de Le Joueur. Y en francés y no en ruso se ha representado en el Festival della Valle d’Itria en Martina Franca. El libreto se debe al propio Prokofiev, que se basó en El jugador de Dostoievsky. Respecto de la obra literaria los personajes pierden aquí todo sentimiento humano y aparecen completamente dependientes del juego de azar, que guía todas sus acciones y no se aplaca ni siquiera cuando al final el protagonista, Alexei, tras haber dilapidado fortunas en la ruleta, consigue su sueño de ganar  una gran suma. Tiene así su origen una ópera antiromántica y antirealista que se basa en unos personajes grotescos y en situaciones absurdas que se desarrollan en cuatro breves actos a un ritmo rápido y agobiante que no contempla pausa meditativa o sentimental alguna.

Los cantantes tienen que hacer su trabajo de modo casi mecánico en unos cometidos que nada tienen de fáciles, sin tratar de buscar una personalidad en estos personajes carentes de humanidad que si, por una parte, podrían requerir una interpretación tradicional por otra deben ejercer un total magnetismo sobre el espectador. La pareja Formada por Sergei Radchenko (Alexei) y Martina Tampakopoulos (Pauline) acertó solo en la primera parte de esta tarea, y quienes sí centraron plenamente el objetivo fueron Andrew Greenan (El General), Ksenia Chubunova (Blanche), Silvia Beltrami (La Abuela), Paul Curievici (El Marqués) y Alexander Ilvakhin (Mr. Asley). Bien en su conjunto los demás personajes marginales, pero molestó lo suyo la pésima pronunciación francesa.

"El espectáculo había sido confiado al gran David Pountney, que dotó al mismo de una ironía muy 'british' que no se correspondía demasiado con la aspereza de la acción y la violencia de la música,"

Para guiar a estos personajes dominados por la pasión del juego estaba una orquesta que con sus ritmos apremiantes y sus violentas sonoridades acababa siendo la verdadera protagonista pero que no llegó a comprometer a las voces: un difícil equilibrio que la batuta de Jan Latham Koenig obtuvo perfectamente al frente de la muy buena prestación de la orquesta del Teatro Petruzzelli de Bari.

El espectáculo había sido confiado al gran David Pountney, que dotó al mismo de una ironía muy british que no se correspondía demasiado con la aspereza de la acción y la violencia de la música, de la misma manera que no se adecuaba a la locura paranoica de los personajes el hacer que se movieron de modo mecánico al estilo de las marionetas, divertidas después de todo. Bello el vestuario, inspirado en la pintura futurista de los años de la composición de la ópera. Lo diseñó Leila Fteita, a quien también se debía el único decorado, formado por una gran ruleta pintada en el suelo y en las paredes que incidía en los personajes también desde lo alto a través de un espejo. Un mundo dominado por la obsesión del juego.  * Mauro MARIANI, corresponsal en Italia de ÓPERA ACTUAL