CRÍTICAS
INTERNACIONAL
El emocionante dolor de Otello
Florencia
Teatro Maggio Musicale Florentino
Verdi: OTELLO
Por televisión
Marina Rebeka, Fabio Sartori, Luca Salsi, Caterina Piva, Riccardo della Sciucca, Francesco Pittari, Alessio Cacciamani. Dirección: Zubin Mehta. Dirección de escena: Valerio Binasco. 30 de noviembre de 2020.
Este Otello estaba previsto inicialmente para representarse en el Festival del Maggio Musicale, pero debido a que para entonces los teatros italianos estaban cerrados, fue aplazado hasta noviembre. Ahora sigue el cierre de los escenarios, pero se ha querido ofrecer el espectáculo al menos en una ocasión. No había espectadores en la sala pero un público mucho más numeroso pudo seguirlo en directo a través de uno de los canales de la RAI, la televisión nacional italiana. Muchos eran los motivos de interés en esta nueva producción, empezando por los debuts de Fabio Sartori y Marina Rebeka en los papeles de Otello y Desdemona. Casi un debut era también el Iago de Luca Salsi, que lo había hecho solamente una vez y en forma de concierto.
El propio Sartori explicó que había preparado el rol con Plácido Domingo, cuyos consejos habrían seguramente inducido una interpretación introspectiva y rica en matices. Se presentaba con un “Esultate!” cantado con voz sólida y robusta sin tener que recurrir a exhibiciones fuera de lugar. Pero desde el momento en que entra Desdemona deja caer la espada que hasta entonces había empuñado y se transforma en un hombre enamorado, desarmado e indefenso frente a las insidias de Iago. Más que en los celos y el furor, evidencia Sartori la desesperación y el dolor de Otello ante la duda de no ser amado por su esposa. El camino que le conduce desde el extático dúo con Desdemona hasta su asesinato resulta plenamente creíble y transido de emoción. La personalidad de su interpretación y su voz plenamente timbrada en todos los registros anuncian ya al Otello que será en los próximos años.
Salsi propone en cada palabra y siempre con el acento justo y sin las exageraciones que puedan llegar a hacer del personaje una caricatura mefistofélica, la figura de un soldado que no tiene nada de diabólico, apareciendo siempre como un hombre banal pero astuto y sin escrúpulos. Gran interpretación también la suya, con el apoyo de una voz que probablemente no tenga hoy rival en el repertorio verdiano. En un personaje quizá más problemático que el de los protagonistas masculino, Marina Rebeka no se presenta como una joven ingenua y carente de personalidad, subyugada por la figura de Otello. La Desdemona de la soprano letona es una mujer que ama a su esposo pero que sabe reaccionar ante las injurias y que propina una enérgica bofetada a Otello cuando este la acusa de ser una «vil cortesana», dando siempre muestra de una gran intensidad expresiva.
Otro gran protagonista en esta ocasión ha sido Zubin Mehta, que otorga un valor suntuoso a la orquesta de Verdi, con todas las gradaciones que van desde la violencia modernista de la tempestad inicial a la elegancia del coro que ofrece las flores a Desdemona, con una belleza del sonido y una delicadeza en los detalles que saben sacar a la luz todos los colores de esta tragedia. La dirección escénica de Valerio Binasco no presenta ideas particularmente originales –ya no puede considerarse como tal la de ambientar la obra a principios del siglo XIX– pero aun así profundiza en la concepción de un montaje que se revela perfectamente de acuerdo con la concepción musical.
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