DiDonato, la gran personalidad de una diva

Oviedo

11 / 01 / 2021 - Diana DÍAZ - Tiempo de lectura: 3 min

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Didonato DiDonato, acompañada por Craig Terry, triunfó en Oviedo con un repertorio muy variado © Auditorio Príncipe Felipe / Alfonso SUÁREZ
Didonato DiDonato, acompañada por Craig Terry, triunfó en Oviedo con un repertorio muy variado © Auditorio Príncipe Felipe / Alfonso SUÁREZ
Didonato DiDonato, acompañada por Craig Terry, triunfó en Oviedo con un repertorio muy variado © Auditorio Príncipe Felipe / Alfonso SUÁREZ

Auditorio Príncipe Felipe

Recital de JOYCE DIDONATO

Obras de Giordani, Caccini, Wrubel, Ellington, Haydn o Mahler. Craig Terry, piano. 8 de enero de 2021.

Joyce DiDonato es una diva poco común que siempre busca nuevos cauces creativos en el arte musical, en apariciones y proyectos con los que además entra en conexión directa con el público. Así se vivió en el Auditorio de Oviedo en el regreso de la mezzosoprano estadounidense, que puso en pie al público asturiano en el que fue el inicio de su gira española. En un ambiente familiar a la par que inesperado, junto con el pianista Craig Terry, la cantante hizo gala de su versatilidad artística y vocal en un viaje musical del siglo XVIII al XX, de arias a temas de cabaret.

La chispa surgió con el auditorio desde los primeros compases de la cantata a solo Arianna a Naxos, Hob. XXVIb:2 de Haydn, un drama concentrado sobre la famosa leyenda de la princesa abandonada por su amado Teseo. En dos recitativos y dos arias, la voz soporta de la inquietud a la desesperación, del dolor a la pasión desesperada. Así, DiDonato impactó ya en el público con esta obra poliédrica, con su flexibilidad dramática y firmeza vocal. Los anhelos por la vuelta del amado en el primer recitativo, la amplitud del aria «Dove sei, mio bel tesoro?», hasta las finuras al cantar al abandono, fueron momentos estelares de la primera parte del recital.

"Didonato impactó al público con su flexibilidad dramática y firmeza vocal, que demostró desde los primeros compases de la cantata a solo 'Arianna a Naxos' de Haydn"

Hay que celebrar por primera vez en programa, en la voz de DiDonato, los Rückert-Lieder. La cantante confesó haber descubierto a Mahler para el canto «en el momento justo», cuando se hace preguntas acerca del mundo que hallan respuesta en la música del compositor, a través del amor y la naturaleza. «Blicke mir nicht in die Lieder!» unió dulzura y fuerza en su fraseo, antes de las dinámicas delicadas de «Liebst du um Schönheit», para derivar en «Ich bin der Welt abhanden gekommen», de una intimidad más grave, con momentos mágicos, igual que en «Um Mitternacht», sostenida con vehemencia en la interpretación.

En la segunda parte de la velada DiDonato lució su vertiente barroca con «Morte col fiero aspetto» de Marc’Antonio e Cleopatra de Hasse: toda una lección de canto, resuelta con potencia y calidad de registros en los contrastes de la página. Siguió el aria «Piangerò la sorte mia» de Händel, pura emoción. La cantante cautivó desde el escenario con el soporte constante de Terry, también en Les Troyens de Berlioz, en «Ah!, Ah!, Je vais mourir… Adieu fière cité». Para luego dar un giro de estilo, con mayor protagonismo del pianista en las canciones siguientes, vinculadas al disco Songplay que el dúo ha grabado para Erato. La mezzo dedicó la conocida «Caro mio ben» de Giordani a los estudiantes de canto, recordando sus inicios, con toques de jazz. También en arreglo de Terry, «Se tu m’ami» y «Star Vicino» lucieron en la voz versátil y multicolor de DiDonato, para cerrar la hoja de ruta con My solitude y La vie en rose.

DiDonato regaló cuatro propinas al público, que celebró en pie el concierto. La cantante se sentó al piano con Terry para interpretar Startdust piano duet de Carmichael. Aunque especial impacto tuvieron Somewhere over the rainbow, como recuerdo a los orígenes de la Kansas natal de DiDonato; siguiendo «Voi che sapete», de Las bodas de Fígaro y I love a piano, de Irving Berlin.