CRÍTICAS
INTERNACIONAL
Notable estreno de una zarzuela barroca olvidada
Santiago de Chile
Festival Internacional de Música Antigua
De Navas: DESTINOS VENCEN FINEZAS
Estreno en tiempos modernos
Carolina Muñoz, Fanny Becerra, Valeria Severino, Nedda Cifuentes, Claudio Contreras. Dirección musical: Franco Bonino. Dirección de escena: Gonzalo Cuadra. Aula Magna Universidad de Santiago de Chile, 25 de abril de 2022.
Después de cuatro años de ausencia –debidos a la revuelta social de 2019 y, después, a la pandemia–, regresó en Chile el Festival Internacional de Música Antigua (FIMA) de la Universidad de Santiago (Usach). En la inauguración del encuentro, en la espléndida Aula Magna de la casa de estudios, se pudo escuchar, en estreno absoluto en tiempos modernos, Destinos vencen finezas, una zarzuela barroca del compositor español Juan de Navas (1647-1709) con texto del escritor peruano Lorenzo de las Llamosas (c. 1665-c. 1705). Una partitura que fue impresa en 1699, de la que se conservan solo tres ejemplares: uno en Madrid, otro en Dijon (Francia) y otro en Santiago, encontrado por el musicólogo Alejandro Vera, académico del Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien dictó una conferencia sobre la obra antes de su interpretación.
Este estreno de Destinos vencen finezas fue también la ocasión para presentar un disco, publicado en formato digital y CD, a través del sello discográfico de la Usach (Aula Records), que tiene como bonus track la cantata Corazón que suspiras atento, de Sebastián Durón (1660-1716). Tanto en este registro como en la interpretación en vivo intervinieron el conjunto Syntagma Musicum Usach (dirección de Franco Bonino) y el Coro Madrigalista Usach (dirección de Rodrigo Díaz), con una puesta en escena a cargo de Gonzalo Cuadra.
Esta comedia dramática narra una alambicada historia para la que es necesario remontarse a la disputa de las diosas Minerva, Juno y Venus por la manzana que otorga el príncipe Paris a esta última. Pasando por la guerra de Troya y la huida de Eneas de la ciudad sitiada, la acción se desarrolla en Cartago donde el héroe troyano encuentra a Dido, de quien se enamora. Sin embargo, ni Eneas ni Dido comparecen en la obra con números vocales, sino que todo se concentra en las disputas más terrenales que divinas entre Juno y Venus; la primera, furiosa porque Eneas logró escapar, gracias al poder benéfico de Venus.
En términos musicales, la obra presenta una sucesión de piezas a dos, tres y cuatro voces, más una a ocho voces, que se alternan con otras solistas. Hay fragmentos que responden a la forma del villancico, con un estribillo y varias coplas; otras con carácter de ritornello, y otras que tienen la dimensión del lamento, tan propia del Barroco temprano.
La puesta en escena consideró la división de la pieza en tres jornadas y una relación de los hechos involucrados en la trama. Gonzalo Cuadra realizó esta tarea con simpatía y humor, en un escenario en el cual se encontraban todos los cantantes de manera casi permanente, ataviados de negro y con elementos que indicaban su rol en la historia. Esto, en el marco del uso sencillo y efectivo de proyecciones multimedia para dar cuenta de los diversos lugares en que ocurre la acción (un templo, un palacio, un bosque).
Fue notable la atmósfera sonora conseguida gracias a la participación de un conjunto de músicos expertos en el repertorio. En términos vocales se trató de un trabajo muy cuidado de una partitura que, si bien incluye elementos estilísticos que se usaban en la época, no pone enormes exigencias a los cantantes ni en términos de rango vocal ni de adornos. Comprometidas con el desarrollo dramático y siempre atentas a las indicaciones musicales, las voces se aunaron a los instrumentistas en el logro final. Destacaron especialmente las intervenciones de las tiples Carolina Muñoz, como Venus y Anarda (conmovedora en «¡Ay, ciego amor! ¡Ay, dulce fuego!»), y Fanny Becerra, como Juno (vigorosa y altiva en «Al arma, al arma, rencores, guerra»). Completaron adecuadamente el elenco Valeria Severino (Cupido), Nedda Cifuentes (Mercurio), Claudio Contreras (Eolo), además de Elena Pérez (tiple), Solange Orellana (alto), Ricardo Gálvez (tenor) y Cristián Navarrete (tenor). * Juan Antonio MUÑOZ, corresponsal en Santiago de Chile de ÓPERA ACTUAL
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