Delicioso 'intermezzo' desenfadado a las tablas de la March

Madrid

27 / 09 / 2023 - Mario MUÑOZ - Tiempo de lectura: 3 min

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march grilletta Una escena de 'Grilletta e Porsugnacco' en la Fundación Juan March © Fundación Juan March / Dolores IGLESIAS
march grilletta Una escena de 'Grilletta e Porsugnacco' en la Fundación Juan March © Fundación Juan March / Dolores IGLESIAS
march grilletta Una escena de 'Grilletta e Porsugnacco' en la Fundación Juan March © Fundación Juan March / Dolores IGLESIAS

Fundación Juan March

Johhan Adolph Hasse: GRILLETTA E PORSUGNACCO

Ciclo Teatro Musical de Cámara, en coproducción con el Teatro de La Zarzuela

Natalia Labourdette, David Menéndez, Aarón Martín. Nereydas. Dirección musical: Javier Ulises Illán. Dirección de escena: Rita Cosentino. 24 de septiembre de 2023.

Ir a reír. Es algo que no suele pasar mucho en el mundo de la ópera. Aquellos inicios órficos con los que la ópera empezó su andadura a principios del siglo XVII son también el pecado fundacional del género, que suele pivotar sobre la música, el amor y la muerte. Y no siempre en ese orden. Pero parte de la belleza, como siempre, está en la minoría. A la vez que la corriente principal de la ópera seria reinaba por buena parte de Europa durante la primera mitad del XVIII, había un verso suelto, una carretera secundaria sin asfaltar ni arcenes llamada intermezzi. Una criada, un señor, un entuerto amoroso resuelto por el ingenio y música sin demasiados artificios orquestales. Música que no buscaba trascender y que sonaba entre las columnas frisadas de los actos de la ópera grande. Ni dioses, ni reyes, ni guerreros. Cuando Johann Adolph Hasse compuso en Nápoles Grilletta e Porsugnaco en 1727 (sobre la comédie-ballet Monsieur de Pourceaugnac de Lully y Molière) Händel estrenaba Admeto en Londres, Bach la Pasión según San Mateo en Leipzig y Vivaldi su Orlando Furioso en el Sant’Angelo veneciano. Palabras mayores, pero hay sitio para todos.

"Dos protagonistas perfectos para la obra, la soprano Natalia Labourdette con brillo y solidez, y el barítono David Menéndez, cómico, pertinaz en que el canto"

El arranque de la temporada de la Fundación Juan March y de su ciclo Teatro Musical de Cámara que coproduce en colaboración con el Teatro de La Zarzuela, fue esperanzador. Por un lado, por la apuesta por uno de los compositores favoritos de la Corte de Madrid en sus épocas doradas (más de media docena de intermezzi escuchó Fernando VI de Hasse, traídos por Farinelli); y por otro, por la reivindicación del formato de ópera de cámara, tarea en la que lleva inmersa la Fundación March una década gracias a su olfato y a las especiales características de su escenario. Grilletta se subió a las tablas de la March desenfadada, con un montaje milimétrico de Rita Cosentino que no busca presumir de lo que no hay, sino acercarse a la estética más bien plana de las escenografías barrocas y fiarlo todo al instinto teatral que tan bien maneja: una calle en perspectiva, tres juegos de vestuario y una árbol tras el que ocurre la magia de la commedia dell’arte. Magníficos el ritmo, los gags y la inclusión de actor Aarón Martín como especie de arlequín cómplice.

En lo musical, Javier Ulises Illán se mostró entusiasta, detallista y esforzado en la dirección, porque los siete músicos que conformaban Nereydas estaban divididos a ambos lados del escenario y a una considerable distancia, lo que dificultaba encajar las entradas musicales con las vocales y con los movimientos escénicos. La música de Hasse del intermezzo es buena, pero la elegida para abrir la obra y los entreactos es mejor, con una fantástica interpretación de la obertura de Demofoonte y del “Allegro” de la Sinfonía en Sol menor, op. 5 Nº 6. Siete músicos supieron sonar a veinte. Y para acabar, dos protagonistas perfectos para la obra, la soprano Natalia Labourdette con brillo y solidez, además de una cuidada planificación a la hora de caracterizar cada una de sus intervenciones, y el barítono David Menéndez, cómico, pertinaz en que el canto no quedara atrás a pesar del despliegue físico necesario con y sin barriga postiza. Arranque sobresaliente, en definitiva, sin peros ni tristezas.  * Mario MUÑOZ, corresponsal en Madrid de ÓPERA ACTUAL