Del dolor a la esperanza

Monistrol de Montserrat

22 / 09 / 2020 - Fernando SANS RIVIÈRE - Tiempo de lectura: 3 minutos

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Concierto del Liceu en la basílica de Montserrat con presencia del presidente de la Generalitat © Gran Teatre del Liceu / A, BOFILL
Un instante del emocionante concierto en la basílica de Montserrat © Antoni BOFILL
Un instante del emocionante concierto en la basílica de Montserrat © Antoni BOFILL

Del dolor a la esperanza

Pärt, Mozart y Beethoven

Concierto extraordinario del Liceu en el monasterio de Montserrat

Obras de Pärt, Mozart y Beethoven. Nadine Sierra (soprano), Elina Garanca (mezzosoprano), Xabier Anduaga (tenor), Tareq Nazmi (bajo). Director musical: Josep Pons. Directora del Coro: Conxita Garcia. Orquestra Simfònica i Cor del Gran Teatre del Liceu. Escolanía de Montserrat. Basílica de Montserrat. 20 de septiembre de 2020.

El Gran Teatre del Liceu ha querido rendir un sentido homenaje a todas las víctimas de la pandemia de la Covid-19 y para ello ha reunido en un templo de espiritualidad como la basílica de Montserrat con un templo del arte y la música como el Liceu. Dos formas diferentes de llegar al alma –que según el programa del coliseo barcelonés quieren convertir en algo positivo todo el dolor, la frustración y las incertidumbres vividas durante estos meses de pandemia-.

Un público algo extraordinario de unas doscientas personalidades de la vida política y cultural catalana, con el presidente de la Generalitat Quim Torra a la cabeza y junto a diversos alcaldes de la zona, representantes del ayuntamiento de Barcelona, diputación y de los monjes benedictinos d la abadía de Montserrat. Además de una numerosa representación de dirigentes del coliseo barcelonés que organizaba el acto, junto a patronos, mecenas y benefactores y algún representante de los abonados al Liceu.

"La pieza central del concierto fue el Requiem de Mozart, una obra llena de dramatismo, dolor y esperanza que fue muy bien dirigida por el director musical titular del Liceu a pesar de las dificultades que siempre entraña un gran edificio como la basílica de Montserrat"

El programa se dividía en tres partes musicales que estuvieron intercaladas por algunas breves interlocuciones, desde la bienvenida en representación del abad Josep Maria Soler a diversas frases y reflexiones como las del Libro de las Lamentaciones dedicadas al paso del dolor a la esperanza base y título del concierto.

La obra de Arvo Pärt Virgencita, según el texto del compositor que se disculpaba por no estar presente debido a la celebración de su 85 aniversario, suponía el estreno de una versión adaptada de la obra especialmente para este concierto de una canción mariana para coro y órgano. Una expresión del respeto a la Virgen Negra de Monserrat, la popular y querida Moreneta. Una pieza mística, de bella factura y musicalidad, espiritual y delicada en honor de la Moreneta dirigida con preciosismo por Josep Pons.

Pero la pieza central del concierto fue el Requiem de Mozart, una obra llena de dramatismo, dolor y esperanza que fue muy bien dirigida por el director musical titular del Liceu a pesar de las dificultades que siempre entraña un gran edificio como la basílica de Montserrat, con todo su juego de reverberaciones y cacofonías, típicas de la música religiosa. Destacaron especialmente los cuatro solistas, con especial mención de la soprano estadounidense Nadine Sierra en un momento vocal extraordinario y con una línea canora exquisita en el registro agudo. Meritorio el bajo Tareq Nazmi, que había participado este año en la Novena Sinfonía junto a John Eliot Gardiner en la integral de las sinfonías de Beethoven en el Palau de la Música Catalana de Barcelona. El tenor Xabier Anduaga demostró su calidad con una voz fresca de gran belleza y muy interesante proyección que contrastaba con la experiencia y la elegancia de la mezzosoprano Elina Garanca. Todos ellos conjuntaron sus voces con eficacia en esta obra que tiene un carácter eminentemente coral. Por ello hay que destacar la excelente labor del Cor del Liceu, especialmente de la sección femenina mucho más audible con el uso de las mascarillas que las de las interesantes voces más graves del masculino.

Se cerró este concierto tan especial, grabado por TV3 –que inexplicablemente no lo retransmitió en directo, lo ofrecerá el domingo 27 de septiembre a las 10,15h de la mañana- con el cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven. Un fragmento que es el resumen y compendio de todas las sinfonías beethovenianas y que se alza majestuoso con la participación del coro y de los cuatro solistas. Se notó a la Orquestra del Liceu más conjuntada y cómoda y mejor empastado el Cor del Liceu, destacando nuevamente los cuatro solistas y cerrando todos los participantes un concierto realmente excepcional. Lástima que esta colaboración se deba a las circunstancias tan trágicas de la pandemia y la consiguiente crisis económica mundial, ya que se disfrutó de un emplazamiento tan emotivo, tan espiritual y mágico como la entrada de la Escolania de Montserat y el Cor del Liceu a la basílica acompañados por las interminables campanadas de las 21h y de un repertorio entre los más inspirados e impactantes de la música europea.