Crimen y traición de Macbeth

Niza

26 / 05 / 2022 - Jaume ESTAPÀ - Tiempo de lectura: 3 min

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macbeth-niza-operaactual (3) Dalibor Jenis (Macbeth) y Silvia Dalia Benetta (Lady Macbeth) © Opéra de Nice
macbeth-niza-operaactual (3) Una escena de la producción de Daniel Benoin © Opéra de Nice
macbeth-niza-operaactual (3) Una escena de la producción de Daniel Benoin © Opéra de Nice

Opéra de Nice

Verdi: MACBETH

Nueva producción

Dalibor Jenis, Silvia Dalia Benetta, Samuele Simoncini, Giacomo Prestia, David Astorga, Marta Mari, Geoffroy Buffière y otros. Dirección musical: Daniele Callegari. Dirección de escena: Daniel Benoin. 24 de mayo 2022.

Apláudanse ante todo las soberbias prestaciones del coro de la casa, y muy en particular las del femenino, fiel a la letra y al espíritu de la partitura en cada una de sus intervenciones al punto de suscitar en el público un espontáneo “¡Viva Verdi!” al cabo de una de sus mejores intervenciones. La preparación de la masa coral por parte Giulio Magnanini habrá sido fundamental, pero no se olvide el soporte incondicional de la Orquesta Filarmónica de Niza, esta vez a las órdenes de la sabia batuta de Daniele Callegari. El director italiano, gran conocedor e intérprete de las obras de Verdi, dirigía ésta por segunda vez en su dilatada carrera. Eligió la versión de París sin escatimar el obligado ballet tan frecuentemente olvidado y mantuvo el clima angustioso, como convenía, a lo largo de la tétrica historia. Acompañó con especial mimo, casi con cariño paternal, a los solistas, por momentos se situó al límite de la ruptura melódica en las intervenciones del coro y desplegó con fuerza y sensibilidad verdiana los momentos sinfónicos y, muy particularmente, los del ballet.

"Silvia Dalia Benetta defendió con las uñas el imposible papel de Lady Macbeth en un alarde de fuerza y de flexibilidad, brillantez en el registro agudo"

También los solistas se mostraron a la altura de las circunstancias. Paradójicamente, pusieron la principal dificultad observable –voces de registro grave algo cansadas– al servicio de sus atormentados personajes con gran eficacia. Dalibor Jenis –Macbeth– conjugó a la perfección la fuerza vocal con la debilidad interior del guerrero, hechizado por la inflexible voluntad de su mujer. Silvia Dalia Benetta defendió con las uñas el imposible papel de Lady Macbeth en un alarde de fuerza y de flexibilidad, brillantez en el registro agudo –pásese la relativa debilidad en el grave– y una presencia escénica de primera magnitud. Les acompañó en un papel demasiado breve, el prestigioso bajo Giacomo Prestia –Banquo– a un nivel vocal y dramático envidiables. Brillaron en sus intervenciones, arrogantes si se quiere, pero bienvenidas y justas, Samuele Simoncini –Macduff– y David Astorga –Malcom–. Completaron el reparto a un buen nivel Marta Mari –Criada–, Geoffroy Buffière –Médico– y miembros del coro en otros papeles de menor cuantía.

Daniel Benoin, el director de escena, firmó este trabajo elaborado con ciencia y arte en una escenografía refinada y eficaz de Jean-Pierre Laporte, envuelta en una colección de vídeos explicativos creados por Paolo Correia. También el trabajo dramático impuesto a los cantantes, que siempre adoptaron la posición correcta y el gesto adecuado a la situación, fue digno de encomio. En cambio, si bien las opciones de base, lugares y épocas, propuestas por Benoin podrían ser discutibles en pro del respeto debido de la obra –otros la habrán transportado mucho más lejos y en peores sentidos– era sin duda su voluntad de insertar en la obra verdiana (y de Piave, y también de Shakespeare) otra de su propia cosecha en la que quiso explicar que tras la Primera Guerra Mundial las mujeres habían ganado poder en las sociedades occidentales.  * Jaume ESTAPÀ, corresponsal en Francia de ÓPERA ACTUAL