CRÍTICAS
NACIONAL
Voces jóvenes al poder en el Viñas 2022
Barcelona
Gran Teatre del Liceu
Concurso Tenor Viñas
Concierto de los ganadores
Arias, Lieder y romanzas de Mozart, Wagner, Chaikovski, Verdi, Chapí, Bizet y otros. Laura Brasó, Laia Vallès, Davide Sangregorio, Katia Ledoux, Paride Cataldo, Blake Denson, Alexei Kulagin, Seok Jung Baek, Eugénie Joneau, Gemma Summerfield. Dirección: Daniel Montané. 30 de enero de 2022.
Se trata de un mensaje. Quienes aún sostienen que ya no hay voces como las de antes deberían asistir con más frecuencia a los concursos de canto y atender a este tipo de premoniciones dejando de lado sus prejuicios. En el concierto de premiados de la última versión del Concurso de Canto Tenor Viñas de Barcelona se oyeron voces y las hubo de calidad. En el caso de muchas de ellas es probable que aún haya que esperar, pero no será por mucho tiempo. Mostraron ya talento y posibilidades las primeras concursantes presentes en este concierto de los ganadores. Tanto Laura Brasó como Laia Vallès (en “Quando me’n vò” y “Ach, ich fuhl’s” respectivamente) exhibieron musicalidad y capacidad de fraseo suficientes como para alimentar las mejores esperanzas, mientras Davide Sangregorio se hacía merecidamente con el premio Mozart gracias a una versión de la “Madamina” del Don Giovanni que solo hubiese necesitado un poco más de proyección para justificarlo. Katia Ledoux, una mezzosoprano francesa de cuerpo vocal envidiable, defendió un «Schmerzen» de los Wesendoncklieder wagnerianos de mucha enjundia para cerrar el capítulo de los galardones de contenido específico.
El premio Verdi y quinto de los considerados oficiales fue a manos del tenor italiano Paride Cataldo, una voz posiblemente a madurar aún, pero ya con el vigor y la insolencia necesarios para asegurar un futuro prometedor. Impresionó por la consistencia y la seguridad de la emisión el barítono norteamericano Blake Denson, que tuvo el detalle de ofrecer en este concierto la versión original francesa de la muerte de Posa del Don Carlos y lo hizo con una majestad insoslayable. No menor fue el impacto causado por el bajo ruso Alexei Kulagin en una versión del aria de Gremin de Evgeni Onegin a la que solo le faltó una mayor consistencia en los graves para ser memorable.
El tercer premio fue para el tenor coreano Seok Jung Baek, quien, por su parte, derrochó arrestos y squillo en las páginas de Aida y Tosca por él escogidas, mientras la adjudicataria del segundo premio, la mezzosoprano francesa Eugénie Joneau demostraría con las Carceleras de Las hijas del Zebedeo la justicia de la concesión del premio correspondiente a la especialidad de la zarzuela que asimismo obtuvo. La británica Gemma Summerfield se haría con el primer premio que confirmaría con el arte con el que expuso el aria de Micaëla de Carmen y un “Io son l’umile ancella” que hoy cualquier teatro recibiría con entusiasmo.
Ayudó a todas estas espléndidas voces la Simfònica del Liceu que dirigiría con total solvencia el maestro catalán Daniel Montané. La felicidad del público al final fue evidente. El porvenir existe. * Marcelo CERVELLÓ, corresponsal en Barcelona de ÓPERA ACTUAL