Centenario del ‘Retablo de Maese Pedro’

Madrid

22 / 02 / 2023 - José María MARCO - Tiempo de lectura: 3 min

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retablomaesepedro-operaactual-teatroreal (1) Imagen del 'Retablo de Maese Pedro' en el Teatro Real © Teatro Real / Javier DEL REAL
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Teatro Real

Falla: EL RETABLO DE MAESE PEDRO

Versión de concierto

Héctor López de Ayala, José Antonio López, Airam Hernández. Mahler Chamber Orchestra. Dirección: Pablo Heras-Casado. 18 de febrero de 2023.

Se cumplen cien años del estreno en París de El retablo de Maese Pedro (exactamente el 25 de junio de 1923) y al Teatro Real no le ha quedado más remedio que rendir homenaje a la obra maestra de Manuel de Falla, uno de los mayores compositores del siglo XX. Lo ha hecho con una versión en concierto de la obra precedida de su lógica acompañante, el Concierto para clave, y la Suite Pulcinella, de Stravinsky, dos piezas estrenadas por los mismos años y que participan de una similar inspiración retrospectiva, aunque los motivos, los procedimientos y los resultados sean muy distintos, casi opuestos. Es un contraste que venía bien al concierto, que se abrió con esa suerte de ovni venido de la España más remota que es el Concierto para clave.

"La obra, con el sofisticado y moderno recurso a las marionetas ideado por Falla, está llamando a gritos una puesta en escena inteligente para la que, por desgracia, el Real todavía no ha encontrado ocasión"

La obra exige una extrema claridad, transparencia en las texturas y un dominio perfecto del tiempo. Aquí no se admiten errores y los solistas de la Mahler Chamber Orchestra, con Benjamin Alard al clavecín, cumplieron al más alto nivel. Todo lo que en el Concierto es finura e introversión, es extroversión y parodia en la Suite Pulcinella, que fue interpretada con alegría y vivacidad, bajo la dirección animosa de Pablo Heras-Casado. En la segunda parte llegó El retablo de Maese Pedro, obra inigualable, sin precedentes ni continuación —como el Concierto para clave—, que requiere la máxima sutileza para desgranar sin interrupciones la fluidez de un discurso extraordinariamente natural en el que se engarza la larga serie de citas y evocaciones de música antigua española. Con ellas Falla profundizó en su empeño por sacar a la luz la esencia misma de su país que luego le llevaría al grandioso intento de la cantata Atlántida. La obra está construida con la misma delicadeza que el Concierto —con el que comparte la presencia del clavecín—, pero también una plasticidad puramente teatral. La evocación, de una extrema intensidad, se ha tornado aquí acción, y el recuerdo de la España caballeresca aparece re-presentado y revivido por los personajes en carne propia, como si Falla devolviera a la vida a las criaturas nacidas de la imaginación cervantina, que a su vez recreaba un mundo ya perdido, pero vivo todavía.

Estupendo el Trujamán de Héctor López de Ayala, de voz nada lírica —como pedía Falla— y de expresión ajustadísima al personaje: el jovencísimo intérprete supo hacer suyo el imponente papel, de auténtico protagonista, que le tocó en suerte. Muy bien el Maese Pedro, expresivo y doliente, nada bufo, del tenor Airam Hernández. Y grande el Don Quijote del barítono José Antonio López, de voz hermosa y sugestiva. La obra, con el sofisticado y moderno recurso a las marionetas ideado por Falla, está llamando a gritos una puesta en escena inteligente para la que, por desgracia, el Real todavía no ha encontrado ocasión, salvo en algunas funciones para niños. Excelente la orquesta, con la muy teatral, colorida y atenta dirección de Heras-Casado, que se sigue afirmando como una primera figura en la dirección operística.  * José María MARCO, corresponsal en Madrid de ÓPERA ACTUAL