CRÍTICAS
NACIONAL
Celebrando la pervivencia del Barroco con Andueza y La Galanía
Torroella de Montgrí
Festival de Torroella de Montgrí
Recital de RAQUEL ANDUEZA & LA GALANÍA
10º aniversario de La Galanía
Obras de Lully, Monteverdi, Cavalli y anónimos. Raquel Andueza, soprano. Pablo Prieto, violín. Manuel Vilas, arpa. David Mayoral, percussión. Jesús Fernández Baena, tiorba. Espai Ter, 7 de agosto de 2021.
Es sin duda una noticia destacable que la asociación entre la soprano Raquel Andueza y La Galanía, una formación especializada en música del Barroco, logre celebrar 10 años de exitosa trayectoria. Un decenio en el que el conjunto, además de actuar en los mejores festivales internacionales y nacionales de su especialidad, ha consolidado también una audiencia fiel y apasionada que, sin ser mayoritaria, mantiene intacto el interés por el repertorio del siglo XVII y XVIII. Y son los seguidores incondicionales de La Galanía & Andueza quienes, a través de las redes sociales, han votado las piezas preferidas de esta trayectoria para conformar el programa del concierto de esta gira de celebración. En su cita en el Festival de Torroella de Montgrí (Girona), presentaron canciones españolas y danzas profanas del siglo XVII, de autor desconocido, así como madrigales y arias operísticas de compositores de Claudio Monteverdi o de sucesores como Francesco Cavalli o Jean-Baptiste Lully.
Siempre con una rigurosa lectura con criterios historicistas, la agrupación –formada por la voz de Andueza, el violinista Pablo Prieto, el arpista Manuel Vilas, el percusionista David Mayoral y Jesús Fernández Baena a la tiorba– ostentó sincronía en todo momento, emitiendo una sonoridad cálida y ligera, que nunca rebasó los decibelios adecuados. En esta misma línea, Andueza asentó su canto en un registro cálido y sosegado, con una emisión airosa y natural, evitando acometer las notas más agudas con voz impetuosa. Así, sin lucirse como soprano en las cumbres melódicas, la cantante brilló en la franja media, con un exquisito control del fiato que culminaba en los eternos pianissimi finales, por ejemplo, de «Perché se m’odiavi» de Monteverdi. Andueza también sobresalió en el aria amorosa «Vieni in questo seno» de Rosinda de Cavalli, ya que, sin la impostación de una solista de ópera romántica, moldeó la bellísima melodía desde la suavidad que permite el acompañamiento de un conjunto de cámara.
Los otros momentos destacados del concierto fueron las danzas sincopadas, con ritmos ternarios y binarios, que el polifacético percusionista David Mayoral animaba con concisión. Especialmente divertida fue la Jácara de la Trena, con texto de Francisco de Quevedo, y el repicado español de las castañuelas; o la Zarabanda del catálogo, prohibida en el siglo XVII por su baile provocativo y su letra carnal que, semejante a la lista de Leporello del Don Giovanni mozartiano, enumera las mujeres por amar. * Aniol COSTA-PAU, redactor de ÓPERA ACTUAL
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