Cantar a ciegas con Alessandro Scarlatti

Bilbao

17 / 04 / 2023 - Nora FRANCO MADARIAGA - Tiempo de lectura: 3 min

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Cain Arriaga Una escena de ‘Cain, overo il primo omicidio’ en Bilbao © Teatro Arriaga
Cain Arriaga Una escena de ‘Cain, overo il primo omicidio’ en Bilbao © Teatro Arriaga
Cain Arriaga Una escena de ‘Cain, overo il primo omicidio’ en Bilbao © Teatro Arriaga

Teatro Arriaga

A. Scarlatti: CAIN, OVERO IL PRIMO OMICIDIO

Josu Cabrero, Sonia de Munck, Carlos Mena, Christian Borrelli, Lucía Caihuela, Ferran Albrich. Dirección musical: Carlos Mena. Dirección de escena: Tatjiana Gürbaça. 15 de abril de 2023.

En esta sociedad tan digitalizada, la imagen se ha vuelto absolutamente necesaria como elemento comunicador, y así parece corroborarlo la tendencia a representar obras que no se concibieron para ser teatralizadas… a veces con mejor resultado que otras. Aquí entran en juego la imaginación del director escénico, la audacia del productor y, con más peso del deseable, el presupuesto disponible. Pero, incluso con los mejores mimbres, el cesto no siempre sale con la robustez esperada.

Este es el caso del oratorio Cain, overo Il primo omicidio que presentó escenificado el Teatro Arriaga: una obra sacra de Alessandro Scarlatti de hermosa y compleja factura –aunque sin pretender acercarse a las obras maestras del género de Händel o, mucho menos, de Bach– que pocas veces se tiene la oportunidad de escuchar. Con la economía de medios imperante, pero sin escatimar, la producción de la regista alemana Tatjiana Gürbaça, pese a estar bien intelectualizada, contribuyó más a la confusión del público que a enriquecer la obra.

"El trabajo vocal del contratenor Carlos Mena fue impecable en emisión, estilo e interpretación, pero en su más reciente faceta como director musical aún no se encuentra al mismo nivel"

Con los músicos separados en tres isletas al fondo del escenario, la acción se propuso en una plataforma giratoria central. Dejando a un lado el porqué de ese movimiento continuo de giro y de su necesidad, el principal inconveniente de este concepto es que se desarrolló de espaldas al director, lo que se tradujo en una notable falta de comunicación directa con los cantantes. Esto perjudicó no solo los ajustes de tiempo –que no fueron tantos como cabía esperar– sino sobre todo a la idea musical y expresiva. Además, la duplicación de algunos personajes añadiendo un actor al trabajo del necesario cantante –o varios, en el caso de Dios– convirtió una idea conceptualmente interesante en un elemento de distracción.

Afortunadamente, la calidad musical se mantuvo por encima de la visión escénica. El trabajo vocal del contratenor Carlos Mena fue impecable en emisión, estilo e interpretación, pero en su más reciente faceta como director musical aún no se encuentra al mismo nivel. Aun así, la Bilbao Okestra Sinfonikoa tuvo una excelente velada, bien comandada en esta ocasión por el concertino invitado Pablo Suárez Calero, que destacó en sus intervenciones solistas.

En cuanto al resto del elenco, cabe señalar la sugerente y generosa voz del barítono catalán Ferran Albrich como un Lucifer de gran musicalidad. La soprano Sonia de Munck imprimió al papel de Eva una gran profundidad, que se vio acompañada por una voz cómoda en las agilidades y de gran proyección. El rol de Abel, interpretado por Lucía Caihuela, se benefició tanto de su cálido color de mezzosoprano como de su emisión clara y brillante. El tenor Josu Cabrero como Adán presentó una vocalidad más irregular, que ganaba ostensiblemente en el registro de cabeza y la media voz, pero en muchos momentos de escasa de sutileza interpretativa. Y, por supuesto, el gran protagonista fue Caín, interpretado por el contratenor Christian Borrelli con buena proyección, ductilidad y convincente interpretación.  * Nora FRANCO MADARIAGA, corresponsal en Bilbao de ÓPERA ACTUAL