Bohemios y moravos

Barcelona

21 / 10 / 2020 - Antoni COLOMER - Tiempo de lectura: 2 min

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Infante y Robaina en su recital en Life Victoria © Life Victoria / Elisenda CANALS
Marta Infante en la sala modernista de Sant Pau © Life Victoria / Elisenda CANALS

Festival Life Victoria

Recital de MARTA INFANTE

Obras de Antonin Dvorák, Gustav Mahler, Leos Janácek. Jorge Robaina, piano. Recinto Modernista de Sant Pau. 19 de octubre de 2020.

Marta Infante es una de esas voces que no abundan por aquí. La leridana posee un instrumento de mezzosoprano poderoso, especialmente en la franja central y grave, que le permite interpretar con comodidad papeles de contralto característicos del barroco, período en el que ha centrado su actividad concertística. La otra vertiente principal de la cantante es el Lied, repertorio con el que se ha presentado en el Life Victoria acompañada al piano por Jorge Robaina.

"Marta Infante realizó parte de sus estudios en la ciudad de Ostrava, en la República Checa, lo que le ha permitido familiarizarse con el idioma y el repertorio de ese país"

Es posible que, precisamente debido sus peculiares características vocales, Marta Infante tomase la decisión de realizar parte de sus estudios en la ciudad de Ostrava, en la República Checa. En cualquier caso, eso le ha permitido familiarizarse con el idioma y el repertorio de ese país. Lo demostró presentando un programa con canciones de los bohemios Antonin Dvorák –autor a quien cantante y pianista han dedicado su último CD– y Gustav Mahler así como del moravo Leos Janácek.

Empezó el programa con Dvorák y las cuatro canciones de su Opus 73, de marcado carácter folklórico, donde la cantante exhibió credenciales tímbricas y afinidad con el estilo y el repertorio. En las dos siguientes, pertenecientes a las Cuatro canciones del mismo autor, se mostró más pegada al atril, del cual había prescindido en las primeras, y eso lastró la vertiente expresiva.

Donde más obstáculos encontró la cantante fue en el exigente ciclo que Mahler dedicó a poemas de Friedrich Rückert, especialmente en las dos canciones clave: «Ich bin der Welt abhanden gekommen» y «Um Mitternacht». En la trascendental frase inicial de la primera, Infante se mostró corta de fiato –aspecto que se está observando en muchos cantantes tras la inactividad del confinamiento y que no deja de ser lógico– y ello desestabilizó el equilibrio de la pieza. Tampoco fueron del todo limpios algunos saltos interválicos mientras que en el final de «Um Mitternacht» se percibieron muestras de cansancio que limitaron el necesario crescendo emocional.

Afortunadamente, cantante y pianista consiguieron levantar el vuelo en las populares Canciones Gitanas de Dvorák, donde la mezzosoprano, más relajada, pareció otra. El centro de la voz sonó más pulposo que nunca y el fraseo más fluido. En este sentido, la colaboración de Jorge Robaina fue importante ya que, si bien la paleta de color del teclado no fue muy amplia, supo acompañar con propiedad estilística e impulso rítmico a la cantante. Ambos culminaron el recital con las Canciones populares moravas, de Leos Janácek, más complejas rítmica y pianísticamente que las bellas melodías de Dvorák. También aquí Infante y Robaina se sintieron cómodos y expresivos, culminando así un recital un tanto irregular a nivel vocal, pero de atractivo repertorio.

Previamente, en el Life New Artists, se presentó como teloneros al dúo formado por la soprano Laia Cladellas y la pianista Mar Compte con los Lieder eines fahrenden Gesellen, un programa demasiado ambicioso en este punto de su evolución musical y vocal. Cladellas posee un timbre interesante, con mucho metal, que deberá aprender a moldear con paciencia y el repertorio adecuado.