'Bluthaus', 'Thomas' y Monteverdi para repensar la ópera

Múnich

30 / 05 / 2022 - Lluc SOLÉS - Tiempo de lectura: 4 min

Print Friendly, PDF & Email
bluthaus-operaactual-bayerische (1) Una escena de 'Bluthaus' © Bayerische Staatsoper / Monika RITTERSHAUS
bluthaus-operaactual-bayerische (1) Una escena de 'Bluthaus' © Bayerische Staatsoper / Monika RITTERSHAUS
operaactual-thomas-bayerische (2) Una escena de 'Thomas' © Bayerische Staatsoper / Wilfried HÖSL
operaactual-thomas-bayerische (2) Una escena de 'Thomas' © Bayerische Staatsoper / Wilfried HÖSL

Bayerische Staatsoper

Georg Friedrich Haas: BLUTHAUS

Festival 'Ja, Mai!'

Vera-Lotte Boecker, Nicola Beller Carbone, Hagen Matzeit, Bo Skovhus. Solistas del Tölzer Knabenchor. Dirección musical: Titus Engel. Dirección de escena: Claus Guth. Cuivillés-Theater, 28 de mayo de 2022.

Bayerische Staatsoper

Georg Friedrich Haas: THOMAS

Fetival 'Ja, Mai!'

Holger Falk, Konstantin Krimmel, Randall Scotting, Yajie Zhang, Jessica Niles. Dirección musical: Alexandre Block. Dirección de escena: Anna-Sophie Mahler. UTOPIA: A Happening Place, 29 de mayo de 2022.

En los últimos dos años, el mundo de la ópera ha tenido que reinventarse. La contingencia pandémica ha coincidido, en el caso de Alemania, con la crisis endémica del teatro de repertorio, un formato que no por ser de éxito deja de acusar serias debilidades. La Bayerische Staatsoper post-pandémica parece especialmente interesada en dar con la solución a este problema. Con el nuevo festival Ja, Mai!, en cuyo marco tuvo lugar la última première muniquesa, se abren algunas puertas a propuestas que hasta el momento parecían estar cerradas a los grandes teatros de ópera centroeuropeos.

Si lo estaban era por desinterés, más que por falta de recursos, claro está. La doble apuesta por Bluthaus y Thomas, ambas obras de los austríacos Georg Friedrich Haas y Händl Klaus —parte del tríptico que completará Koma en 2024— es toda una declaración de intenciones: es posible y deseable destinar grandes cantidades de dinero a proyectos que rompan con el esquema del teatro de repertorio a través del diálogo explícito entre géneros operísticos menores. El Ja, Mai! se presenta en esta línea como punto de encuentro entre la ópera contemporánea y la barroca. El contacto entre estos dos mundos son muy diversos. A priori les une la preeminencia del formato de cámara, que implica pocos intérpretes y por tanto una cierta proximidad con el espectador. Pero también comparten un interés muy concreto por la gestión escénica de la emoción, vinculado a la investigación del poder mimético de la música. Son estos lugares comunes los que han llevado a los organizadores del festival a tomar la decisión (un tanto arriesgada, pero sin duda atractiva) de unir en una tarde las voces del pasado con las voces del futuro. Tanto Bluthaus como Thomas, ambas estrenadas a principios de la década de 2010, suman esfuerzos en Múnich con el madrigal italiano de la pluma de Monteverdi.

"Tanto 'Bluthaus' como 'Thomas', ambas estrenadas a principios de la década de 2010, suman esfuerzos en Múnich con el madrigal italiano de la pluma de Monteverdi"

Es interesante remarcar que no se trata simplemente de colocar una obra al lado de la otra, como suele ser el caso cuando se programan monodramas de corta duración. El reto mayúsculo emprendido por Titus Engel y Claus Guth, de un lado, y Alexandre Bloch y Anna-Sophie Mahler de otro—respectivamente, directores musicales y de escena de los dos espectáculos— era el de conciliar ambas obras en un solo concepto. El experimento resbaló en Bluthaus, quizás debido a una trama policíaca más bien bizarra que enturbia la concentración despojada en el tema de la violencia sexual. No así en Thomas, con un libreto mucho más inteligente que no requiere de clave alguna y que precisamente por ello puede entablar un diálogo libre y productivo con la tradición del lamento, simbolizada por el Lamento d’Arianna que cierra la velada.

La excepcionalidad del Ja, Mai! reside sin duda en la apertura que conlleva. Bluthaus y Thomas reafirman a la Bayerische Staatsoper, símbolo de la monumentalidad teatral donde los haya, en su intención de huir del coliseo, de buscar nuevos espacios en la ciudad —el extraordinario Cuivillés-Theater, mitad escena mitad tesoro barroco, o la sala Utopia: A Happening Place, antigua pista de equitación situada en el barrio de Schwabing—, espacios en los que florezcan formas nuevas de entender la experiencia teatral. Todo ello, por supuesto, desde la más elevada excelencia artística. En este sentido hay que destacar el trabajo impecable de los dos ensembles implicados, con músicos provenientes de la Bayerische Staatsorchester para Bluthaus y de la Münchner Kammerorchester para Thomas. Mención especial también para el reparto vocal, especialmente para los solistas del Tölzer Knabenchor en Bluthaus, y para un inspiradísimo Holger Falk en el papel principal de Thomas. En Múnich se hace realidad aquello tan paradójico de querer cambiar desde dentro: contra la ópera desde la ópera.  * Lluc SOLÉS, corresponsal en Múnich de ÓPERA ACTUAL