Barroco y 'breakdance' para celebrar el verano

Múnich

17 / 07 / 2023 - Lluc SOLÉS - Tiempo de lectura: 4 min

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semele orlinski Una escena de la nueva producción de 'Semele' en Múnich © Bayerische Staatsoper / Monika RITTERSHAUS
semele orlinski Una escena de la nueva producción de 'Semele' en Múnich © Bayerische Staatsoper / Monika RITTERSHAUS
semele orlinski Una escena de la nueva producción de 'Semele' en Múnich © Bayerische Staatsoper / Monika RITTERSHAUS

Munich Opera Festival

Händel: SEMELE

Nueva producción

Brenda Rae, Michael Spyres, Jonas Hacker, Jakub Józef Orliński, Emily D’Angelo, Nadezhda Karyazina. Bayerisches Staatsorchester, LauschWerk. Dirección musical: Gianluca Capuano. Dirección de escena: Claus Guth. Bayerische Staatsoper, 15 de julio de 2023.

La Bayerische Staatsoper celebró el pasado sábado la première de Semele, evento central del glamuroso Munich Opera Festival. Como el año pasado, la sala escogida fue el Prinzregententheater. Es un acierto redescubrir este teatro, concebido en 1901 como templo wagneriano, para la música antigua. Si ya funcionó para la reposición de la aclamada Agrippina de Kosky en mayo de 2022, con Semele este gesto de resignificación toma su forma definitiva. Cuesta imaginarse un enclave más privilegiado para el preciosismo estético y la privacidad de esta nueva producción que firma Claus Guth con la batuta de Gianluca Capuano.

Händel concibió su Semele como una ópera “a modo de oratorio”. La obra no puede escenificarse sin tener en cuenta esta particularidad formal, que se hace notar especialmente en la calidad poética del texto de William Congreve y en el papel exigente y preponderante del coro. La propuesta de Guth funciona en primer lugar porque consigue integrar esta particularidad en el concepto, sin miedo a leer las intervenciones de los diversos personajes –incluso el coro– desde la perspectiva teatral. Solo así consigue el director alemán convertir las casi tres horas de música en una simpática tarde en la ópera.

Por lo demás, el éxito total de esta Semele de Guth –la reacción del público fue unánime– tiene que buscarse en su parentesco con el trabajo de Barrie Kosky. La misma estética preciosista a medio camino entre lo real y lo abstracto, el mismo sentido del humor y una inteligencia dramatúrgica muy parecida permean la obra. Y también, como en la mayoría de producciones koskyanas hay que destacar el trabajo interpretativo inmenso que hacen los cantantes, transformados en bailarines y actores de primer nivel. Regietheater de marca, con voces de lujo e interpretaciones de una calidad escasa en el teatro de ópera.

"El flamante Jakub Józef Orliński, a cargo del papel de Athaman, tuvo la oportunidad de mostrar sus increíbles dotes de 'breakdancer' ante un público absolutamente desconcertado y entusiasmado"

El casting es, como siempre en Múnich, lo más destacable. Para cantantes bailarines, el flamante Jakub Józef Orliński, a cargo del papel de Athaman, que tuvo la oportunidad de mostrar sus increíbles dotes de breakdancer ante un público absolutamente desconcertado y entusiasmado. Su número de baile, un poco gratuito a nivel dramatúrgico, no eclipsó sus intervenciones vocales, que forman parte de su atractivo corporal. Lo impresionante de Orlinski no es tanto la calidad indiscutible de su voz, sino la cantidad; pocos contratenores son capaces de llevar la voz de cabeza a un control y una potencia semejantes.

El primer plano vocal, especialmente en el largo tercer acto, lo tuvo Brenda Rae en el papel de Semele. La soprano americana, fiel a los versos de su aria culminante, “I’ll take no less / than all in full excess”, dio una exhibición casi exagerada de coloraturas desbocadas, sin renunciar en ningún momento a su especialidad, los pianisimos capaces de predominar siempre sobre la masa instrumental. A su lado brilló el tenor Michael Spyres, que produjo un Jupiter de timbre abierto y delicado, seguro en cada uno de los segmentos de su tesitura salvajemente amplia. Su aria “Where’er you walk” fue sin duda la guinda del pastel de la velada. Mención especial se merece la Bayerische Staatsorchester, que demostró una vez más su versatilidad, así como al ensemble LauschWerk, decidido y convincente en la aplicación escénica de los complejos pasajes corales de esta Semele a medio camino entre el oratorio y la ópera.  * Lluc SOLÉS, corresponsal en Múnich de ÓPERA ACTUAL