CRÍTICAS
NACIONAL
Barcelona: Otras luces en 'Turandot'
Gran Teatre del Liceu
Puccini: TURANDOT
Nueva producción
Lise Lindstrom, Gregory Kunde, Anita Hartig, Ante Jerkunica, Toni Marsol, Mikeldi Atxalandabaso, Francisco Vas, Chris Merritt. Dirección: Josep Pons. Dirección de escena: Franc Aleu. 8 de octubre de 2019.
Había cierta expectación en esta primera representación sin VIPS, primera también del segundo reparto, para ver en acción a Lise Lindstrom, acreditada Turandot en el Metropolitan y otros centros líricos que pueden escoger a sus intérpretes. No todo el mundo saldría satisfecho, sin embargo. A una atractiva presencia escénica y a un indudable dominio de los comprometidos agudos que salpican la parte, la soprano norteamericana no pudo unir una emisión uniforme –el vibrato parecía excesivo y el registro grave no existía– y tanto la dicción como el fraseo hubieran podido ser más relevantes. Fue, ello no obstante, aplaudida con fuerza por la mayor parte del público en los saludos finales.
Sí, en cambio, correspondió a todas las expectativas el Calaf de Gregory Kunde, con un sonido exultante y un canto de maestro, con todos los flujos y reflujos del fraseador nato. Ovacionado después de un “Nessun dorma” de manual por encima de una orquesta que no interrumpió su discurso, fue objeto al termino del espectáculo de unas demostraciones de afecto particularmente sentidas. También, justo es decirlo, su implicación escénica fue admirable.
Anita Hartig tiene más voz de Liù que su antecesora, con mayor cuerpo y variedad de colores, pero no consiguió ofrecer la exhibición de sonido hilado en la emisión de su colega albanesa. Fue, en cualquier caso, aclamada en la cortina final. Ante Jerkunica, sin poder exhibir un volumen avasallador, fue un Timur de lujo por la limpidez de del discurso vocal.
Una observación: el volver a autorizar los cortes en el terceto de las máscaras y en el dúo final no parece el mejor anuncio del Liceu renovado que ahora se ensalza. Y una anécdota: en esta representación hubo protestas –muy aisladas, sí, pero no por ello menos sonoras– al aparecer en estrados el equipo responsable de la dirección escénica y de la producción visual. Queda aún, por lo visto –por lo oído, más bien– alguien a quien aún no se ha convencido de que tiene que amar al Gran Hermano.