CRÍTICAS
NACIONAL
Barcelona: En el nombre de la Novelli
Festival Life Victoria
Recital KETEVAN KEMOKLIDZE
Obras de Verdi, Musorgsky, Donizetti, Rossini, Ponchielli y Montsalvatge. Ricardo Estrada, piano. Gran Teatre del Liceu, Saló dels Miralls, 29 de octubre.
Todo un acierto el dedicar esta sesión del Festival de Lied Life Victoria celebrada un tanto sorprendentemente en el Salón de los Espejos del Liceu a la figura de la histórica mezzosoprano Giulia Novelli, que fuera esposa del tenor Francisco Viñas y que prodigó sus actuaciones en el Gran Teatre del Liceu.
La presentación en el programa de sala se refiere a la retirada de los escenarios de Novelli por el “injusto sacrificio a la conciliación familiar”, traducción a la práctica de lo que denomina el propio texto “injusto papel al que a menudo se ha visto relegada la mujer en el ámbito musical” y del que no se sabe que opinarían Nellie Melba, Adelina Patti o la misma Maria Callas. Sea como fuere, la dedicatoria era oportuna por parte de la protagonista del programa, la mezzosoprano georgiana Ketevan Kemoklidze, a la que cabe agradecer el detalle.
El programa presentado por la cantante era exigente y variado, mezclando sin un orden especialmente lógico arias de ópera, entre ellas la correspondientes a Linda di Chamounix y La Gioconda, ya interpretadas por ella en el Liceu, con dos ciclos de canciones, con Musorgky en la primera parte y Montsalvatge para cerrar el concierto. La mezzosoprano se presentó en un excelente estado de forma y supo modular la voz de modo inteligentísimo para adaptar su emisión a la siempre rebelde acústica del lugar elegido para el recital.
Sin problemas de extensión, con un agudo de gran firmeza que le permitió rematar espectacularmente el aria de Rosina del Barbiere, supo frasear con talento y defender con brío esas cadencias de la Canción del Velo de Don Carlo tratadas con unas variaciones tonales de gran atractivo. Para decirlo todo, no estará de más añadir que la dicción de la cantante no era ni buena ni mala: era ininteligible, y no solo en el caso del castellano de las Cinco canciones negras.
Ricardo Estrada acompañó con mimo y alguna esporádica contundencia todo el programa, sumándose incluso en un breve pellizco vocal a la desopilante versión que ofreció Ketevan Kemoklidze del “Art is calling for me”, de la comedia musical The Enchantress de Victor Herbert. Aclamadísima al final del concierto, regaló también la mezzosoprano el bis de la segunda mitad de “Una voce poco fa” para poder finire in belleza con su espectacular resolución.
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