CRÍTICAS
NACIONAL
Apoteosis final con Piotr Beczala
Pamplona
Fundación Baluarte
Recital de PIOTR BECZALA
Debut local
Obras de Verdi, Moniuszko, Puccini, Mascagni y Giordano. Orquesta Sinfónica de Navarra. Dirección: Óliver Díaz. 5 de mayo de 2023.
No podía clausurarse la presente temporada lírica en la Fundación Baluarte de forma más brillante y apoteósica que de la mano de uno de los cantantes más demandados hoy en día en el panorama lírico internacional como es el tenor polaco Piotr Beczala. El éxito alcanzado puede calificarse de inolvidable y es que el programa elegido hacía prever que el cantante venía a por todas, y así fue. Para su debut en Pamplona escogió ocho arias de ópera, cuatro de ellas en una primera parte dedicada casi en exclusiva a Verdi, con la excepción del aria «Aria z kurantem» de la ópera La casa embrujada del compositor polaco Stanisław Moniuszko. En la segunda parte se centró en el repertorio verista con Puccini, Mascagni y Giordano. Y como propinas ofreció, ni más ni menos, que “E lucevan le stelle” de Tosca, el aria de la flor de Carmen y “Amor ti vieta” de Fedora llegando a las once arias. ¿Quién da más?
A estas alturas intentar ensalzar las virtudes de este portento vocal puede ser un poco pretencioso, pero es bueno recordar que está en posesión de un timbre único, proyectado de forma excepcional, con un volumen para el que la orquesta no es ningún obstáculo en ningún momento. Sin duda, una voz única, brillante, luminosa, con squillo. Además posee una gran técnica que le permite interpretaciones modélicas, con un legato de la mejor escuela y un control del fiato sobresaliente.
Desde su primera intervención con Luisa Miller se intuyó que algo importante podía suceder, y así fue. El público recompensó desde el inicio con sonoros aplausos cada una de sus intervenciones y al término del programa, con “Nessun dorma”, como era de esperar, se desató la locura con todo el auditorio puesto en pie gritando bravos. Es difícil destacar alguna de sus interpretaciones, pero su “Come un bel dì di maggio” de Andrea Chénier cortó el aliento y da una idea de lo que puede ser su debut en este personaje dentro de dos temporadas en el Teatro Real.
Pero el triunfo no fue solo suyo, ya que el director Óliver Díaz tuvo mucho que ver, ya que supo crear la atmósfera necesaria con la orquesta y eso también se percibía en el ambiente. La Sinfónica de Navarra tuvo su noche gracias a la firme dirección del maestro asturiano, que consiguió un sonido brillante, generoso en volumen en algunas páginas como las oberturas de Nabucco o La Forza, pero firme y atento al solista en cada momento. La cuerda a sus órdenes brilló como en pocas ocasiones. Sin duda, una gran velada. * Alberto OSÁCAR, corresponsal en Pamplona de ÓPERA ACTUAL
CRÍTICAS RELACIONADAS